Por: Fhernanda Simental L.

La ONU acaba de lanzar una alerta alarmante: Para el 2050 la tierra será inhabitable. La perturbadora afirmación fue dada a conocer en Nairobi (Kenia), durante la IV Asamblea del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), a través de un extenso informe de 740 páginas, cuyas conclusiones con respecto al futuro de la Tierra son perturbadoras.

Fueron 250 científicos de 70 países los que realizaron por seis años el informe “Perspectivas del medio ambiente mundial”, cuyas conclusiones alertan sobre la desaparición de la capa de hielo del Ártico, el aumento de la mortalidad por contaminación del aire en las ciudades, que actualmente ya mata a siete millones de personas cada año; así como la extensión del desierto en grandes regiones de la Tierra, donde vivirán cuatro mil millones de personas, las cuales  desarrollarán resistencia a los antibióticos, por lo que esto será la principal causa de muerte para el 2050.

Los científicos coinciden que el eje de todas estas catástrofes es el cambio climático, la imparable presencia de plásticos en los océanos y mares, la sobrepesca, la contaminación del aire, además de la sobrepoblación mundial que será de 10 mil millones de personas. Nos enfrentamos entonces a una aterradora y próxima realidad que da una sentencia de muerte a la humanidad, pero que a pesar de su gravedad, pasa desapercibida por gobiernos y ciudadanos.

Y mientras esta alarma se enciende, Grupo México acelera la catástrofe, porque sí, lo hizo de nuevo y derramó tres mil litros de ácido sulfúrico en el mar de Cortés, Patrimonio de la Humanidad, pero para esta empresa el derrame es cosa de poca importancia pues aseguran no hubo “ningún daño a persona alguna” (cita textual), y que, de acuerdo a ellos, la Marina determinó que no era necesario activar ningún plan de emergencia.

Esta lamentable justificación tan solo ejemplifica lo que pasa en nuestro México mágico, donde nos quejamos del aire contaminado, la basura en las calles, los autos que contaminan, pero nadie asume la responsabilidad que le corresponde, desde el empresario más rico, como los de Grupo México, hasta la persona más humilde.

En Durango, algunos supermercados ya empiezan a dar bolsas de tela y aun así, la gente se molesta, porque prefiere la comodidad y nadie quiere batallar cargando su bolsita. La gente sigue barriendo las calles con manguera y cuando les adviertes que un día el agua se terminará, te responden: “Yo pago mi recibo y voy a gastar toda el agua que yo quiera” (historia real), pero lo que no saben es que un día, aunque tengan todo el dinero del mundo, no van a poder ni siquiera pagar una gota de agua, porque simplemente ya no habrá; así también la gente que sigue tirando basura en las alcantarillas, obstruyéndolas a pesar de las advertencias de que se inundarán las calles y luego las casas.

La ONU ha sido clara: Es urgente se reduzca drásticamente las emisiones de gases tóxicos a la atmósfera, ya sea de vehículos, industrias, calefacciones de las casas; la proyección que hacen estima que si esta reducción se logra al menos en un 40 por ciento para el 2020 y un 70 por ciento para el 2050 quizás se pueda frenar el aumento de la temperatura de la tierra en 2 grados, sólo eso para detener el cambio climático, la pregunta es, a pesar de las advertencias, ¿estamos dispuestos a cambiar?

Twitter: @Fher_Turkita