Por: Fhernanda Simental L.

Un amigo, con el que sostenía una conversación, me preguntó, “¿por qué debe existir un Día de la Niña, qué acaso no es suficiente con el Día del Niño?, y bueno, no puedo culpar a mi inocente amigo, al ser hijo de padres académicos y exitosos que comparten por igual carrera que responsabilidades, no existe dentro de su percepción las desventajas y discriminación de género que sufren las niñas en comparación con los hijos varones dentro de la mayoría de las familias.

Desde el 2011, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña, al tomar en cuenta la serie de obstáculos sociales, psicológicos, económicos, culturales que sufren las mujeres desde que son pequeñas, lo que frena su potencial, impidiéndoles desarrollarse como seres humanos libres, capaces de elegir lo que más les convenga

Lamentablemente, no son pocos los hombres que creen que la lucha por la equidad es ridícula, esto mientras muchos de ellos justifican la violencia de género y violaciones bajo el argumento de: “Ellas se lo buscaron, para que se visten así”, al tiempo que no dan cuenta de la discriminación laboral, normalizando el trato despectivo a las mujeres a través de chistes, albures y frases coloquiales que continuamente se pueden escuchar desde la oficina, la calle, las redes sociales y en los propios hogares, donde constantemente se subestima la capacidad física, intelectual y social de las mujeres.

A los 14 años, Malala Yousafzai sufrió un ataque talibán, pero desde los 11 años ya había recibido amenazas de muerte de camino a su escuela, todo por su lucha y activismo por la educación de las niñas. Ahora es Greta Thunberg la niña que ha sido ferozmente atacada por su activismo por el medio ambiente, sobre todo tras su potente discurso en la Cumbre sobre Acción Climática de la ONU.

“Ustedes me han robado mi infancia. La gente está sufriendo y muriéndose y ustedes sólo pueden hablar de dinero”, fueron parte de las apasionadas palabras que lanzó Thunberg a los líderes mundiales, ¿y qué pasó? Se cuestionó cómo una “niña” podía decir semejantes palabras, tachándola de estar manipulada, enferma, tener problemas hormonales, de que necesitaba “un novio”; se burlaron de su aspecto, criticaron su posición privilegiada y su nacionalidad sueca, hasta le dijeron “fea”, palabras todas ellas lanzadas desde el Presidente de Brasil, hasta las redes sociales, atacándola incesantemente, porque es más fácil arruinarle la reputación a una joven de 16 años que el aceptar que el mundo está por colapsar y ponerse a trabajar.

En México, a mediados del mes de agosto de éste 2019, miles de mujeres salieron a las calles de la Ciudad de México a protestar contra la violencia de género. El motivo fue la violación a una menor por parte de cuatro policías, pero también fue un canal que permitía protestar por aquellas formas de violencia que las mujeres viven todos los días. Y es que en los primeros ocho meses de la administración del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, los casos registrados fueron 540, de acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que además informó que desde enero de 2015 a enero de 2019 hubo 264 niñas y adolescentes víctimas de feminicidio y año con año aumenta el número de casos de violencia contra las niñas.

Hay toda una generación de niñas y adolescentes que están liderando movimientos que van desde la prohibición del matrimonio infantil, la mutilación genital femenina, la desigualdad educativa, la violencia de género, el cambio climático, la autoestima y los derechos de las niñas a acceder a los lugares de culto o espacios públicos cuando tienen la menstruación y por ellas vale la pena el Día de las Niñas.

Twitter: @Fher_Turkita