Por: Fhernanda Simental L.

Sobre la relación Prensa-Gobierno se ha escrito extensamente por estudiosos de la comunicación, periodistas, académicos y políticos en diferentes partes del mundo, coinciden que, sin duda el papel de la prensa debe ser el de contrapeso en las democracias y una sana tensión debe existir para mantener la veracidad, la objetividad, la imparcialidad, para mantener así informados a los ciudadanos.

Pues bien, alguien que no lo entiende así es el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ya se ha lanzado en diferentes ocasiones contra los medios de comunicación que le han señalado temas que no le gustan y le han contradicho sus datos. Esta semana, nuevamente fue el periódico Reforma el que hizo que el Presidente “se calentara”, al hablar de la mudanza de la familia presidencial a Palacio Nacional, Reforma asegura en su nota: “Por la historia, construcción, muebles y piezas de arte que alberga, López Obrador vivirá en un verdadero palacio”.

Pero, AMLO no se quedó callado y dijo que si de palacios se quería hablar, el edificio que alberga las oficinas del periódico parece uno: “Es un Palacio y yo diría con todo respeto de mal gusto porque también los fifís no tienen sensibilidad para la arquitectura”. Así es amigas y amigos, éste es el nivel de debate en las mañaneras, porque sólo le faltó que el Presidente le dijera a Reforma: “Y come tierra”, cual pelea de niños.

Acá lo sorprendente: Ya encarrilado López Obrador se lanzó contra la revista Proceso y aseguró que “se portó mal” con la «Cuarta Transformación», y se lanzó contra el portal de noticias Sin Embargo al que le respondió por la nota publicada sobre el lujoso campamento en San Luis Potosí al que asistió su hijo Jesús Ernesto, increpándolos y soltando una declaración lamentable para alinearlos a su favor: “Todos los buenos periodistas de la historia siempre han apostado a las transformaciones (…) Los periodistas mejores que ha habido en la historia de México, los de la República restaurada, todos, tomaron partido.”

Tendríamos que hablar de la historia del periodismo, la función que deben tener en esta relación Prensa-Estado, pero sería bastante extenso y el espacio es insuficiente, sin embargo, vale mucho la pena decir que las referencias a las que hace el Presidente como Francisco Zarco y los hermanos Flores Magón son del siglo XIX y poco tiene que ver con el contexto político-social en el que vivimos actualmente, su actuar y proceder responden al momento histórico que les tocó y no puede trasladarse al hoy.

El Presidente pues, debe saber que su visión maniqueísta de “si no estás conmigo estás contra mí”, lo sitúan peligrosamente en el pasillo del autoritarismo, pues debe recordar que todo aquel que piense distinto a él tiene derecho a expresarse, que la Prensa no es para estar bien con nadie sino para sacar a la luz lo que no se quiere ver y ser vigilante del manejo del poder, que la ciudadanía se informe, analice y valore, por ello la Prensa debe ser plural y dar voz a todas las voces.

Muy bien lo planteó el periodista lagunero Javier Garza Ramos en un hilo que realizó a través de su cuenta de Twitter @jagarzaramos: “López Obrador debe entender que si llegó al poder fue gracias a que había Prensa independiente y crítica, no fue porque esa Prensa era su simpatizante, sino por sus coberturas. Los medios independientes nunca tuvieron por qué estar comprometidos con AMLO. No era su misión.”

Twitter: @Fher_Turkita