Por: Fhernanda Simental L.

Es increíble que en una ciudad tan pequeña como Durango se registren tantos accidentes viales. Peor aún, que la tragedia haya enlutado familias por falta de puentes peatonales en las avenidas principales, lo que se suma además, a una falta de educación vial, tanto de conductores, como de peatones.

Y es que recientemente se ha constatado que el puente peatonal del bulevar Felipe Pescador sufre un grave abandono, pues la estructura está deteriorada y los elevadores inservibles, sin mencionar la suciedad y malos olores que ahí se albergan, lo que representa un grave riesgo para los usuarios, por lo que la mayoría prefiere sortear los vehículos que subir al puente peatonal, pues el riesgo es tanto arriba, como abajo; esto sin mencionar que sin el funcionamiento de los elevadores, el puente que conecta a la colonia Esperanza con el centro comercial es absolutamente inútil e inservible para una persona con alguna discapacidad.

¿Y qué ha hecho la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado? ¡Nada! Absolutamente nada. Parece que Arturo Enrique Salazar Moncayo ha decidido cruzar los brazos y rascarse la cabeza y culpar a la ciudadanía por el mal estado del puente peatonal. En las declaraciones que ha dado a la prensa local, el funcionario estatal sólo se ha justificado al decir que la gente no sabe usar los elevadores y por ello el maltrato… ¿De verdad? ¡Que lamentable declaración! Los duranguenses esperaríamos que se pusiera a chambear e hiciera su trabajo, y que en lugar de justificar el abandono de obras útiles a la ciudadanía, se pusiera manos a la obra y se comience a corregir lo que es un riesgo latente para transeúntes.

Lamentablemente esto no para aquí, pues no es sólo el abandono de los puentes ya existentes los que muestran un grave deterioro, sino que además brillan algunos por su inexistencia y resaltan por su necesidad. Esta semana, lamentablemente, perdió la vida una persona al intentar cruzar precisamente por bulevar Felipe Pescador, pero a la altura de calle Zaragoza, cuando un señor de 80 años lamentablemente fue embestido por una camioneta.

Dos episodios similares ya se habían registrado en mayo, cuando un adulto mayor de 76 años intentó cruzar el bulevar Francisco Villa a la altura de una agencia automotriz y fue arrollado, perdiendo la vida días después; y el caso de una señora de 46 años en silla de ruedas que intentó cruzar avenida 20 de Noviembre a la altura de la calle Miguel de Cervantes Saavedra, quien lamentablemente, también falleció tras ser impactada.

¿Qué es lo que está pasando en nuestra ciudad? Urgen en Durango puentes peatonales inteligentes, cuyo diseño sea accesible y no limite por sus condiciones a los usuarios, pues la infraestructura actual no está siendo eficaz, tal como se evidencia en el número de peatones que están en riesgo.

Pareciera que en cuanto se habla de movilidad urbana sólo se piensa en función del flujo vehicular sin tomar en cuenta al peatón. Es entonces necesario una planeación verdaderamente única y específica, inteligente y que sí le funcione a Durango, pues si bien es cierto una alternativa son los cruces seguros, para avenidas rápidas y periféricas una solución a corto plazo es un puente, mientras que a mediano plazo se debería de comenzar a rediseñar la infraestructura urbana.

Pero si de verdad queremos una ciudad segura, se tiene que iniciar con una agresiva campaña de educación vial, pues tanto peatones como conductores parece que hemos olvidado las reglas básicas no sólo para nuestra seguridad, sino también para una sana convivencia.

Twitter: @Fher_Turkita