Nuestro Presidente, de los mejores del mundo
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
Para ser presidente no sólo es necesario tener una cara bonita y un buen apellido como fue el caso del frívolo y ahora corrupto de Peña Nieto, el líder de un país debe contar con cualidades específicas que lo diferencien del resto de sus adversarios políticos e incluso de la población. Podría sonar obvio pero la realidad es que el nivel de inteligencia que debe tener el Presidente debería ser superior al de gran parte de sus gobernados. Ser presidente definitivamente no es tarea fácil, estar bajo el escrutinio público y tener que ser responsable de tantos asuntos gubernamentales, resulta una labor agotadora y agobiante. No tener la oportunidad de una vida privada y tener siempre que mantenerse bajo unos estándares de comportamiento, no es algo que a todo el mundo le resulte sencillo. Un Presidente debe de estar consciente de todo esto y amar realmente el trabajo que está destinado a hacer, aunque eso implique hacer sacrificios. Cuando se está en un cargo político de tal magnitud, siempre se tendrán asistentes, consejeros o colaboradores. Todos ellos, buscarán la manera de influenciar su opinión, es importante que el Presidente crea en su instinto y nunca desconfíe de él. Recibir consejos es importante, siempre y cuando no nuble el juicio personal. El poder puede resultar ser algo aterrador, tener que tomar decisiones que puedan afectar de manera positiva o negativa es difícil y requiere de muchísima valentía. Un buen presidente debe saber enfrentarse a estas situaciones dejando el miedo a un lado. El amor al país y querer servirlo genuinamente es lo que conformará a un buen presidente, íntegro y patriota. La comunicación es una parte esencial de ser un buen presidente, escuchar las necesidades, atenderlas y mantener una comunicación constante con el país marcará la diferencia. Un presidente debe ser ameno a la vista, debe verse simpático y alegre, los líderes que suelen ser muy serios, inspiran miedo y a menudo suelen ser más difíciles de crear vínculos con sus electores. Las cualidades arriba mencionadas son algunas de las características que distinguen a nuestro Presidente, no sólo en su forma y estilo de gobernar, sino incluso en su muy particular forma de ser. Hablando de presidentes, en su reciente visita a Chiapas, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, afirmó que los mexicanos tenemos un lujo de Presidente y lo elogió por la atención que brinda a la gente. Agregó que López Obrador es un hombre que de verdad quiere lo mejor para su país. Además, afirmó que México tiene 200 años de “estar mal”, por lo que López Obrador no podrá arreglarlo en seis meses o un año, “los cambios tardan, si Roma no se construyó en un día, México tampoco”, por eso pidió a los mexicanos que lo apoyen. Según un análisis de Consulta Mitofsky, con datos de diferentes empresas encuestadoras del mundo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está entre los mandatarios con mayores niveles de aprobación en América y en naciones de Europa y Asia. En el ranking mundial, López Obrador aparece en cuarto lugar, con un nivel de aprobación en junio de 2019 del 64 por ciento de los mexicanos en encuesta de Mitofsky, sólo superado por Vladimir Putin, de Rusia, con 66 por ciento; Marcelo Rebelo, de Portugal, quien está en 70 por ciento de aprobación, y Nayib Bukele, de El Salvador con 71 por ciento. En caso de América, el presidente de México se encuentra en segundo lugar, y Donald Trump, de Estados Unidos, en quinto con 44 por ciento de aprobación.