“Todo estará bien al final. Si no está bien, no es el final“, John Lennon.

Por: Fátima Salazar

De pronto salió el sol y un hermoso arcoíris lleno de luz y esperanza, un cielo cada vez más azul y una calma que cada vez se va llenando de más normalidad; así es como todos salieron de casa, con los bolsillos destrozados y un sinfín de pendientes, sigilosos en su actuar, cautelosos en su aseo personal pero seguros de una cosa: Salir adelante es la única opción de mantenerse con vida tras la peor pandemia.

Con los niños felices por recuperar sus calles, las mamás al tanto de que nada vuelva a romper esa rutina que le da también algo de libertad, hombres que regresan su mirada a la tierra como sustento de vida y alimentación, con seres humanos que al fin han comprendido de qué trataba este virus.

Así me imagino en unos cuantos días, el deseo de todos es que sea el menos tiempo posible, pero sabemos que, sin duda, el trayecto avanzado nos deja una enseñanza que debemos aplicar de ahora en adelante. Unirnos para recuperar lo que se ha estancado, cada día tener el firme compromiso de ser más felices, disfrutar una puesta de sol, contemplar la luna, disfrutar una buena charla, escuchar con alegría las aves y el sonido que nos regala la naturaleza.

Hay quienes incluso comparan en catástrofe como ocurrió tras la Segunda Guerra Mundial, debemos recordar que, pese a lo trágico de ese período de historia de la humanidad, cosas positivas quedaron, como el uso del Internet, el surgimiento de organismos internacionales para evitar conflictos de esta índole y en sí toda una forma distinta de ver la vida.

Es cierto que para sectores como el educativo, nada será igual, ese impulso que se buscaba y que ciertos sindicatos o cuestiones burocráticas impedían, hoy el virus lo está otorgando. En este sentido vemos que se buscan alternativas para que el ciclo escolar no se dé por perdido, es cierto que no todos los hogares cuentan con tecnología, para los cuales buscarán otros métodos, que habrá quiénes se queden en el camino, sin duda. Como de todas formas sucede en el sistema escolarizado.

Inevitable que esa enorme deuda en materia de salud deberá tener un giro de 360 grados, hay trabajadores con más de 40 años que por el dinero que se les ha restado de su salario, directo al pago de servicios de salud bien podrían adquirir un respirador exclusivo para uso en casa y hoy simplemente están muriendo en salas de hospitales que no cuentan con el equipo suficiente.

Analistas señalan que será le peor recesión económica del mundo, yo todavía creo que la fortaleza que tenemos como seres humanos resilientes nos sacará adelante mucho más rápido que cualquier resultado de estudios o gráficas.

Lo que me hace apostar más por nosotros como humanidad es que, a lo largo de la historia, después de las guerras los pueblos han florecido mejor que como estaban antes.

[email protected]
Twitter: @LCCFatySalazar