Por: Alberto Paredes Zúñiga

Como casi cualquier cosa que se desprende del cambio de poder, los medios de comunicación están en pugna, en discusiones cada vez más constantes en las que los detractores de AMLO señalan de un uso faccioso de los medios para fines oficialistas, para compartir sus ideas políticas sin mayores controles. Mientras, por otro lado, las personas que están de acuerdo con el Gobierno de AMLO apuntan a que es un gran avance en estos medios pues se da voz a quien antes no la tenía.

Esta pugna en los medios es, en realidad, potencialmente sana y necesaria para dar un paso adelante en la recomposición de instituciones. Sin embargo, como ha sido una de las características de la nueva oposición, los argumentos e intereses sobre estos asuntos son cortos y mezquinos con lo que la discusión sobre los medios terminará en una anécdota más donde se hará evidente que las estructuras de poder se cimbran, cuestión que seguirá fortaleciendo al presidente.

Así, la falta de una oposición inteligente impide que se discuta el papel de los medios. Que se discutan cuáles son los contenidos que deben ocupar estos espacios para enriquecer una oferta bastante pobre. Tampoco colocan en la mesa el daño que ha hecho el uso faccioso de la publicidad oficial. Ni mucho menos si la “neutralidad” es deseable o, por el contrario, que se incluyan puntos de vista distintos siempre y cuando sean honestos a la hora de pronunciarse.

Mientras escribo esto, hay revuelo en las redes socio-digitales por un programa que aún no transmite Canal 11, emisora del Instituto Politécnico Nacional. El problema es muy pedestre: Se transmitirá un programa en el que harán evidente la forma en que piensan estudiantes de una de las universidades privadas que más ideólogos creo para el antiguo régimen, el ITAM.

Las quejas sobre este asunto refieren hacía lo mal que está que se critiquen a los adversarios del régimen con recursos gubernamentales, sin embargo, en esta ocasión todos estamos claros en que es una opinión afín ideológicamente al nuevo Gobierno y que es trasmitido por un canal público. A diferencia de los sexenios pasados en los que se daban decenas de millones a personajes para que hablaran bien del Gobierno y mal de AMLO a través de canales privados. Ahora hay más transparencia y sabemos cuál es su postura, es un inicio a la pluralidad; y por eso no les gusta.

@LuzdeEuropa