PODER AL DERECHO… Abogados y traición a la patria
Por: Erick R. Solís Tavizón
“Una vergüenza que abogados mexicanos estén de empleados de empresas extranjeras que quieren seguir saqueando a México; claro que son libres, pero ojalá y vayan internalizando que eso es traición a la patria”. (Andrés Manuel López Obrador.)
Después de tan lamentables declaraciones, por parte del titular del Ejecutivo, colegios y organizaciones de abogados en todo el país, se manifestaron en defensa del gremio jurídico. Una de las que más llamaron la atención fue la del director de la Escuela Libre de Derecho en Ciudad de México, quien escribió una valiente y emotiva carta a los estudiantes de derecho, en donde escribe entre otras cosas que, como futuros abogados, “estarán siempre expuestos a la crítica, pero estén seguros de que nunca la defensa de una causa justa puede considerarse traición”. Y tiene razón.
El artículo 5º de la Constitución, regula el libre ejercicio de la profesión, oficio o arte a las cuales las personas deseen dedicarse siempre y cuando sean lícitos. En particular la abogacía se encuentra implícitamente reconocida en el texto constitucional, en el que se establecen el derecho a la seguridad jurídica y debido proceso. En el ejercicio de nuestra profesión se puede asistir a quien demanda o al demandado en materia civil, al imputado u ofendido como sucede en el derecho penal, al patrón o trabajador, en materia laboral etc. Por ello, decir que un abogado comete traición a la patria por el solo hecho de ejercer su profesión ante los tribunales, donde represente alguna empresa extranjera, me obliga forzosamente a expresarme y a discernir de quien lo sostenga; la traición a la Patria es un delito que se castiga según el artículo 123 del Código Penal Federal, con prisión de cinco a 40 años de prisión. Dicho artículo, tiene sus orígenes en el siglo XIX y busca prevenir las invasiones del territorio nacional, su prohibición contra «actos contra la independencia, soberanía o integridad de la Nación mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o Gobierno extranjero», no para castigar a quien represente jurídicamente a empresas que tanto abonan al crecimiento económico del país.
Tal vez desde los tiempos del viejo PRI, no teníamos un Presidente tan poderoso, ese mismo poder también puede generar debilidades y una de las más grandes para Andrés Manuel, muchas veces es él mismo y sus declaraciones; pues enemistarse e insultar a personas que considera opositores a su proyecto no siempre trae consigo buenos resultados. La semana pasada el turno fue para los abogados; no a todos, claro, las generalizaciones son injustas y nuestro actual “Tlatoani” lo sabe. Así que fue muy concreto cuando particularizó que se trata de personajes de la más baja calidad moral que prestan sus servicios a empresas extranjeras. Para AMLO, alguien que defiende los intereses de una empresa internacional es, verdaderamente, una mala persona y un traidor a la patria. Y si es abogado, pues peor, porque va a tratar de favorecer sus intereses personales por encima de los intereses de los mexicanos; tal vez habría que recordarle al Presidente que la misión del abogado es “Impartir justicia, pedir justicia, defender la causa de la justicia, como la más alta misión humanista, por encima de intereses de cualquier índole,” así lo expresa la máxima casa de estudios de nuestro país, de donde él también es egresado.
Concluyo la colaboración de hoy citando al Presidente del Consejo de la Abogacía Mexicana, quien expone que: “en las democracias modernas, el acceso a la justicia es un componente básico para el Estado de Derecho, y la abogacía constituye una pieza fundamental para ese propósito. Nuestra profesión asume el encargo del ejercicio del derecho de defensa de los gobernados, mismo que está garantizado constitucionalmente y sin distinción alguna para personas físicas o morales, nacionales o extranjeras”.
ES cuanto.
Twitter: @ErickSolisT