PODER AL DERECHO… Democracia en llamas
Por: Erick R. Solís Tavizón
En menos de seis meses nuestro país enfrentará una elección de más de compleja, todos los analistas, politólogos y expertos en materia electoral la definen como la más importante en la historia de México. En un contexto de crisis sanitaria por la pandemia que generó el virus SARS–CoV- 2, un lento desarrollo en cuanto al suministro de la vacuna para disminuir los contagios y evitar un colapso en nuestro sistema de salud, una álgida polarización política, una crisis económica derivada de la contingencia y la violencia criminal que no cede. Los ciudadanos que formamos parte del padrón electoral estamos llamados a acudir a las urnas para renovar la Cámara de Diputados, 15 gobernaturas, 30 congresos estatales y 1926 alcaldías, dando un total de más de 21 mil puestos de elección popular que se elegirán el próximo 6 de junio.
Las elecciones de este año presentarán la contraposición de dos proyectos políticos, dos ideas de nación opuestas. De un lado, se pide refrendar el apoyo para el régimen “Lopezobradorista” encumbrado en 2018, ofreciendo derrumbar las estructuras que han sostenido al Estado Mexicano, teniendo como principal estandarte la eliminación de la corrupción. Y del otro lado, una contención de sus impulsos; la perseveración de una democracia liberal y sus valores, constituir desde el Poder Legislativo un contrapeso al omnipotente Poder Ejecutivo y mantener los cimientos constitucionales y principios que nos han regido desde 1917.
Sin embargo, el proceso electoral de este año no solo se juega desde la cancha política, también desde la jurídica, en primer lugar, para atajar no solo los riesgos propios de la contienda entre los contendientes, sino también en contra de los que quieren ensuciar el proceso democrático con sus empresas criminales.
El papel que jugaran instituciones como la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y el Instituto Nacional Electoral (INE), serán claves para que el proceso se lleve a cabo de la manera más legal, justa y transparente posible.
Los mexicanos nos hemos acostumbrado a ver al INE como el garante del ejercicio y efectividad de nuestros derechos políticos, esa autoridad hecha y dirigida por ciudadanos para garantizar la existencia y supervivencia de nuestra democracia, pero más allá de eso, las circunstancias nacionales nos obligan a contar también, con organismos como la UIF como uno de los aliados imprevistos.
La democracia no solo se agota en el conteo efectivo y transparente de votos, en garantizar los derechos de participación de los ciudadanos, en ofrecer procesos electorales transparentes, equitativos y confiables, en alejarse del fantasma del fraude por la decidida participación de los ciudadanos, en que existan consensos sobre nuestra aspiración de tener una democracia en la que los votos cuenten y se cuenten; nuestra convivencia democrática enfrena una nueva generación de riesgos. De nada sirven los votos si estos están manchados por el financiamiento ilegal, por el estigma del crimen organizado.
Un tema central en la lucha y protección de la democracia será poner sobre la mesa, una nueva generación de reformas al marco jurídico e institucional del sistema electoral mexicano, en el que se combata el flujo de dinero ilícito de forma frontal, más allá de las buenas intenciones y la cooperación voluntaria entre las instituciones. Las autoridades que resulten electas en el próximo proceso electoral deben comprometerse con el fortalecimiento de los mecanismos que garanticen la limpieza del financiamiento, una legislación que permita la utilización de todos los instrumentos e instituciones del Estado con el fin de salvaguardar a nuestras elecciones y que las autoridades que resulten de ella, sean verdaderamente libres.
A partir de ahí, a los ciudadanos nos corresponde decidir con responsabilidad, que proyecto de nación vislumbramos para el futuro, un futuro en él que está también en juego no solo la formación de la estructura del Estado, sino que está en juego algo más importante; la calidad de vida de los habitantes de cada demarcación, quienes esperan que el proyecto que sea electo cumpla con sus promesas de campaña y que sean gobiernos sensibles y con rostro humano que se encarguen entre otras cosas de proteger a nuestra democracia, esa democracia que lamentablemente y desde hace mucho tiempo. Se encuentra en llamas.
Twitter: @ErickSolisT