PODER AL DERECHO… El país de los sueños vacíos
Por: Erick R. Solís Tavizón
Estoy seguro que no fui la única persona que tuvo ese sentimiento de duda, miedo y aberración, al ver la imagen que se trasmitió en medios nacionales, internacionales y en redes sociales de la enfermera que supuestamente inyectaba una “vacuna” vacía al hombre mayor de edad que con mucho anhelo la recibía; derivado de ello, han sido muchos los “opinólogos” que han emitido su postura al respecto, y como son tiempos electorales, absolutamente todo se politiza, todos estos temas sirven para que entrevisten a candidatos, o a dirigentes de partidos políticos, y puedan tener algo interesante que decirle a la gente; pues, por un lado, manifiestan que lucharán en la Cámara baja para que este tipo de “actos no se repitan”, ya que si ellos ganan habrá un mayor compromiso por parte del personal de salud y que a partir de su triunfo todos los doctores y enfermeras serán más responsables y honestos; y por otro lado, dicen que si llegan a San Lázaro, van a luchar para que la mafia del poder no siga haciendo este tipo de “montajes” que dividen y siembran el miedo en la sociedad; lo mencionan en sus redes sociales y hasta en sus eventos; dejando a un lado la verdadera propuesta, la función legislativa, la doctrina y la ideología partidista que cada vez desaparece más.
Pero para conocer el presente hay que recordar el pasado; nuestro país ya tiene tiempo que se ha caracterizado por hacer montajes (no estoy diciendo que el de la enfermera lo sea, pero pude ser así), como no recordar los mágicos tiempos de Felipe Calderón, cuando en su fallida guerra contra el narco, “agarraban” a uno de los narcotraficantes más temidos del continente, líder y miembro fundador del Cartel “X”, en la ciudad de Culiacán o Ciudad Juárez, gracias a las valientes labores y a la colaboración de los grupos de reacción, en donde después lo anunciaban con bombo y platillo, como si gracias a ello terminara, la corrupción, la impunidad, la trata de personas, etc. Lo exhibían en medios nacionales e internacionales, con una mesa enfrente llena de rifles de alto calibre, granadas, cuchillos, las llaves de uno que otro Ferrari y unos cuantos paquetes de droga para que se viera más real, porque claro, el crimen organizado solo trafica drogas; de fondo teníamos un arsenal de aviones de las fuerzas armadas y al lado del “capo”, se encontraban algunos elementos de las fuerzas especiales, de esos que miden como dos metros.
O cuando el buen Carlos Loret de Mola, en sus momentos de grandeza, se atrevía a meterse en medio de balaceras, “poniendo en riesgo su vida” para que todos nos diéramos cuenta al ver la tele y al ver el top show, perdón, el reportaje en vivo, de la valiente guerra de las fuerzas federales en contra de temidos sicarios y que el Gobierno Federal hacía todo lo posible para recuperar la paz y la tranquilidad en las calles. Aunque a ciencia cierta no sabemos si esos espectáculos fueron montajes, pero si lo fueron, que bien hechos estuvieron, pues sirvieron para que millones de mexicanos los creyeran, y pusieran a una actriz de esa misma televisora como primera dama.
Vivimos en una nación atemorizada y dañada, en donde no sabemos si creerle al primer mexicano del país que aparece todos los días dando conferencias mañaneras, o no sabemos si creerles a los medios de comunicación, al “influencer” que sigo en redes sociales, o a la vecina; vivimos en un país lleno de dudas, en donde muy pocas personas creen en la clase política y en sus actores, en donde a pesar de que atravesaremos por la elección más grande de nuestra historia, se espera una participación muy baja.
El caso de la enfermera sin duda es un tema que debe ocuparnos, como en su momento nos ocupó el de Duarte en Veracruz, cuando se dijo que cambiaron las dosis de medicamento de niños con cáncer por agua, ambos casos son terribles, y han dejado no solo las dosis vacías, sino también nuestros sueños.
ES Cuanto.
Twitter: @ErickSolisT