Por: Erick R. Solís Tavizón

Vale la pena iniciar la presente colaboración desde una correcta definición de lo que es la denuncia, pues muchas veces  ignoramos o incluso confundimos con otros preceptos; la denuncia es una declaración formal de la comisión de una conducta contraria a Derecho (generalmente la comisión de algún delito o infracción administrativa) dirigida a la autoridad competente para el inicio de una investigación. Su propósito principal es que, gracias a ella se movilice al órgano jurisdiccional competente para que se persiga el delito y a la persona que lo cometió de la manera correspondiente. Por ello es importante saber ¿Cómo? ¿Cuándo? Y ¿Dónde? Podemos hacer uso de ella.

Denunciar no solo consiste en hacer que castiguen a los malos, también sirve para que el gobierno lleve un control de criminalidad en el país.  En ese sentido, los índices de denuncia en el país son verdaderamente lamentables. Pues según el INEGI la gente no denuncia en el 90 por ciento de los delitos cometidos en todo el país. Una cifra alarmante que ponen en evidencia al sistema judicial mexicano.

Con base en el dato anterior, resalta entonces la importancia de la misma, ya que presentar una denuncia es de vital importancia para permitir que las autoridades puedan realizar las labores que les competen tras la ejecución de un delito.

Y ya que hablamos de la teoría es importante contextualizar el tema actual de nuestro estado y nuestro país, es aquí donde nos preguntamos porque la gente prefiere no formalizar su denuncia, y, además de las miles de trabas que puedan existir, las que se resaltaran es el sistema de justicia deficiente que lamentablemente se nos brinda en la mayoría de los casos, que es alto el porcentaje de delitos que quedan impunes y a causa de esto preferimos quedarnos callados ante estas situaciones pues ya no vemos como una opción viable acudir con nuestras autoridades.

Considero que en el actuar se logran muchas cosas, y como ciudadanos es nuestra responsabilidad en estos casos dejar un precedente para que se nos escuche cuando somos víctimas o testigos del delito, como autoridades está la responsabilidad de velar por la seguridad y el correcto seguimiento de un delito apegándonos a Derecho, pues, al no denunciar la inseguridad crece y con ella el costo de la misma.

En este orden de ideas, la exigencia de justicia y de políticas públicas eficaces para contrarrestar a la delincuencia y garantizar la tranquilidad a la sociedad, son más que válidas y máxime de ciudadanos y familias que han sido víctimas de la delincuencia organizada que ha desquiciado la vida de muchas personas por sus actos delictivos

La denuncia es muy importante. Aún más importante la decisión y colaboración de la sociedad con las instituciones a pesar de que hay mucha corrupción a su interior. Perdamos el miedo y en la medida en que sean más y más las denuncias menos podrán actuar corruptamente y los que lo hagan serán expuestos y se quedarán los que realmente quieren servir y contribuir a acabar con este mal que tanto afecta a nuestro Estado y por supuesto, a todo el país.

Es Cuanto.

Twitter: @ErickSolisT