Por: Erick R. Solís Tavizón

En fin, pasan los días y logran dar con el paradero del mentado Felipe, lo detienen y le leen sus derechos en su casa ubicada en uno de los residenciales más ostentosos de la ciudad, cito en avenida Normal Rural, número 43, en una casa grande y blanca, por cierto, de inmediato lo ponen a disposición del juez de control y, como lo previó el agente de ministerio público, se podrá enjuiciar al ladrón, siempre y cuando la gente así lo decida. Usted amable lector, más confundido que enojado, accede a dicha disposición jurídica, e inicia una campaña de la mano con la autoridad electoral con todos sus amigos, compañeros y vecinos, con la finalidad de juntar firmas e INES para que la autoridad judicial pueda meter a ese bribón a la cárcel. Usted tiene una fecha límite, el 1ero de agosto, en esta fecha tiene que reunir a todos sus amigos y conocidos para que acudan a votar y puedan meter a Felipe a la cárcel.

Se llega el día, todos sus amigos, conocidos, vecinos y hasta el perro acuden a votar, todos están muy molestos porque Felipe y sus secuaces, lo robaron y abusaron de su confianza; al cerrarse el proceso de votación cual es su sorpresa, solo votó el 20 por ciento del padrón electoral, no se completaron los votos suficientes para que se pudiera enjuiciar a Felipe, por lo que al día siguiente usted regresa con el agente del ministerio publico y con el señor juez; preocupado les pegunta: -¿ahora qué sigue?, a lo que le responden que se seguirán con las investigaciones, y que de reunirse los elementos necesarios como parte de la investigación se le llamará a juicio, a lo que usted responde:  -¿qué es lo que va a pasar con sus cosas?, pues usted sabe donde están, sabe que las vendió a una guardería, a la “ABC”, que ahí está la prueba fehaciente de que Felipe y los demás lo robaron de una forma descarada; el agente responde que continuarán las investigaciones y cierra la oficina, porque ya son las 14 horas con dos minutos y hay que checar salida.

Estimado lector, sé de manera fehaciente que compartimos la idea de que ni a Carlos, ni a Ernesto, ni a Vicente, ni a Enrique, ni a usted ni a mi, ni a nadie, la Constitución nos otorga títulos nobiliarios con excepcionales privilegios, es decir, universalmente es bien sabido que todos somos iguales ante la Ley, y que a cualquier persona que se le compruebe un delito tiene que ser juzgado, sin necesidad de hacer una consulta pública. ¿Entonces, por qué darles el beneficio de la duda a estos personajes que tanto daño le han hecho al país? ¿Porque darles un trato especial? O, ¿Qué pasaría si la mayoría de la gente decidiera votar por el NO en la consulta de mañana? ¿Qué mensaje mandaría México al mundo?

Espero que sea cual sea el resultado de la tan famosa consulta popular de mañana, el Presidente de la República, las autoridades judiciales, así como las encargadas de administrar y procurar justicia cumplan con el pueblo de México, y que aunque no vote la mayoría necesaria y solo participe la militancia del partido “cuatroteísta” que a los expresidentes, así como a cualquier otro mexicano que se presuma que haya cometido un delito, que se les investigue y se les enjuicie, en especial a Felipe.

ES Cuanto.

Por: @ErickSolisT