Por: Erick R. Solís Tavizon

El pasado miércoles 18, del ya casi extinto mes de noviembre, se oficializó el nuevo modelo de justicia laboral en ocho entidades del país, pioneras en la transformación más relevante de los últimos cien años en materia laboral. Los estados en los que se implementa esta primera etapa son: Durango, Estado de México, San Luis Potosí, Zacatecas, Campeche, Chiapas, Tabasco e Hidalgo, este último solo a nivel federal.

La reforma se sustenta en tres ejes principales, uno de ellos es que cambia el modelo de impartición de justicia laboral, ya que arrancan operaciones nuevas instituciones: Los tribunales laborales federales y locales, estos últimos ya serán dependientes del poder judicial, esto garantizará que los juicios sean orales, agiles, modernos, expeditos y en presencia de un juez, lo anterior busca garantizar que los laudos puedan ser resueltos en el menor tiempo posible y que se garantice el principio de igualdad de partes, además que centra a la conciliación como principal vía de solución de conflictos.

Otro eje del nuevo modelo de impartición de justicia en materia laboral, es la creación de un nuevo órgano que llevará los registros de sindicatos y sus respectivos contratos colectivos a nivel nacional, este centro además de encargarse de la conciliación a nivel federal, vigilará que se respeten los derechos y los intereses de los representados sindicales a través de procesos libres y democráticos.

El último eje, siendo este uno de los de mayor exigencia, fue el de generar cambios que garantizaran una verdadera defensa a los derechos de los trabajadores a través de sus representaciones sindicales. Esto ha generado que se abra un debate con respecto a los cambios que repercutirán al interior de todas las organizaciones sindicales que existen en México. Es claro que el abuso y el mal manejo de la mayoría de estas de estas figuras, ha lastimado las condiciones de vida de los trabajadores y por supuesto, los derechos de estabilidad en el empleo, tutelados en nuestra Constitución.

Lo anterior, aunado al viejo modelo de control sindical que ha impedido el libre ejercicio del derecho de asociación y otros vicios, entre los que destaca por ejemplo, la falta de un salario mínimo suficiente, y remunerador, además y como ha sido de mucha demanda en nuestro estado, el pago de prestaciones tal y como lo señala la propia Ley, lo anterior ha causado el progresivo deterioro económico y social del representado.

Una de las principales intenciones de la reforma laboral, es que la democracia sindical sea la vía para la aprobación de las principales decisiones del organismo sindical; el voto libre, personal, universal y secreto intenta ser una nueva forma no solo de elegir a sus representantes y a sus mesas directivas, sino también para determinar cuáles y quienes serán parte de sus contratos colectivos y sus revisiones.

Dicha reforma, al igual que todas es perfectible, y aunque hay voces que se han manifestado en contra, la aprobación y la modificación de la Ley Federal de Trabajo, debe estar sujeta a contextos que mejoren no solo las condiciones laborales de los trabajadores sino también su calidad de vida, claro sin hacer a un lado el crecimiento y competitividad del empleador y sus empresas.

La pandemia por la que atravesamos, ha ocasionando que los plazos establecidos para la implementación de la reforma sean modificados, esto no es responsabilidad de ningún Gobierno, ni de ninguna vertiente política, se trata de una causa de fuerza mayor. Pero, a pesar de que Durango es de las entidades federativas precursoras en la implementación del nuevo sistema laboral, y como lo han expresado, abogados, liderazgos y representados sindicales, docentes, entre otros implicados, considero que no habido pronta respuesta por parte de la autoridad judicial a fin de que se pueda generar de manera paulatina y con todas las medida sanitarias necesarias, el desarrollo de este nuevo sistema, que no solo es un hecho histórico y de gran relevancia para Durango, sino para todo el país.

México está fragmentado, pero soy un convencido de que puede recomponerse y mucho tendrá que ver con una correcta redefinición de los contenidos de igualdad en el derecho social.

Twitter: @ErickSolisT