Por: Emmanuel Salazar

La real división de poderes existente entre el Legislativo y Ejecutivo ha dado paso a una especie de borrachera en la que algunos diputados pretenden empoderarse y emplazar al Gobernador para obligarlo a realizar cambios en su gabinete, en una dinámica nueva para Durango.

En el pasado, los legisladores actuaban prácticamente como aplaudidores del Gobernador en turno, sin embargo ahora prácticamente ese tiempo ha quedado atrás en el estado, y en cambio el reposicionamiento de los diputados es a grado tal que pretenden influir en nombramientos en el gabinete.

Quizá el ejercicio no sea del todo malo, siempre y cuando nuestros diputados pudieran demostrar técnicamente las deficiencias de los diversos titulares de las dependencias estatales, sin embargo, en muchas ocasiones sus peticiones de remociones se sustentan sólo en apreciaciones personales, que en ocasiones llegan a resultar insostenibles cuando hay que demostrar con hechos la valoración.

Seguramente los cambios vendrán, hace más de ocho días las renuncias de todos los secretarios fueron hechas llegar al Gobernador para darle ese margen al Ejecutivo de poder tomar decisiones, así que los ajustes van en serio.

Ojalá y los cambios se realicen siempre con el objetivo único y primordial de lograr beneficiar en su conjunto a la sociedad duranguense, que es realmente lo que debería importarnos a quienes vivimos en Durango, más allá de nuestras fobias y filias.

Entre los más señalados sin duda alguna están Ramón Dávila, titular de Desarrollo Económico, aunque a su favor se tendría que decir que en términos generales, el país vive una gran frustración por no lograr generar empleos como lo demanda el país.

También está el caso de Arturo Salazar, secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, pero ahí la tendencia nacional ha sido a reducir recursos a diestra y siniestra a Durango durante los últimos tres años, por lo que la obra pública no se nota, al menos en la capital del estado.

En la Secretaría de Salud los retos han sido enormes, pues han tenido que sortear que la dependencia gasto en serio y ahora debe pagar y mantener el abasto de medicamentos en buen nivel.

Rubén Calderón, en la Secretaría de Educación, vive también una circunstancia especial, con grandes problemas, casi todos vinculados al ejercicio presupuestal, y sin embargo los operadores del titular persisten en lograr mantener en movimiento esa dependencia que ocupa más de 30 mil personas.

Esperemos pues que donde haya cambios, sea para satisfacer redoblar esfuerzos y no para ajustar cuentas entre grupos.