“La violencia contra los hombres es una tragedia, la violencia contra las mujeres es una traición”, Letty Cottin, periodista y activista social

Por: Rosario Castro Lozano

La gobernabilidad democrática en nuestro estado reside en los tres poderes de acuerdo a nuestra Constitución, que integra el Poder Ejecutivo Estatal, Judicial y Legislativo; cuando a alguno de estos poderes se pone en riesgo su funcionamiento como es el Congreso del Estado, por los hechos acontecidos el sábado pasado, entonces también puede ponerse en riesgo la estabilidad política.

El Congreso Estatal es en donde residen los diputados, representantes del pueblo de Durango, elegidos por los ciudadanos duranguenses y están vinculados al ámbito territorial donde fueron votados por distritos de mayoría y también por la proporcionalidad de votos; independiente de cómo haya sido elegido, cada integrante de la Legislatura representa a todo el estado, en suma, nuestro sistema es una democracia participativa y modificar este esquema simplemente violenta la Ley.

Nunca olvidaré la frase de un gobernador de Durango hace años cuando como parlamentaria de oposición, abogaba por un avance de apertura democrática, en forma simple y contundente me contestó: “Mire diputada Castro, cuando se tiene mayoría para gobernar en el Congreso no se necesita la minoría”; su visión de Durango era de un solo rostro y de una sola voz, cuando la realidad era otra.

Durango tiene muchas voces y muchos rostros que debe reflejar el sentir de los 39 municipios, las cinco regiones y dos zonas metropolitanas: Durango y La Laguna, que tiene nuestra entidad, por esto debe insistirse en el consenso y no el disenso, porque no debe existir una sola visión.

En el Poder Legislativo no existen Legisladores de primera y ni de segunda todos son pares. Existen dos maneras de conducir un Congreso mediante el diálogo, el consenso y el acuerdo, por el bien de la gente; o imponiendo, por la simple razón de tener la mayoría en el voto. Viví esa etapa, creí que el Congreso Local había cambiado, con tristeza y preocupación veo regresar esta práctica que no le abona a un estado democrático; ojalá quienes hoy asumen esta gran responsabilidad recuerden que está de por medio, nuestro estado y que debilitar instituciones sólidas como es el Poder Legislativo no beneficia a los duranguenses.

La violencia es reprobable en todos los sentidos, nada justifica el uso de la fuerza de los cuerpos de la Policía de Protección Federal, amurallando el Congreso cuando no había disturbios y ningún riesgo a su funcionamiento, impidiendo el acceso en forma violenta a ciudadanos y diputados electos,

¿Acaso no es la casa de resonancia del pueblo?  La violencia ejercida, no respetó a nadie, ni hombres, ni mujeres, entre ellas a Verónica Pérez, presidenta estatal del Partido Acción Nacional (PAN) y diputada electa; mi solidaridad y respeto para con ella y todos los ciudadanos y diputados.

La fotografía y las evidencias son claras, hoy, es Verónica Pérez mañana puede ser cualquier mujer sea política o no, debemos rechazar cualquier tipo de violencia hacia nosotras las mujeres, sea psicológica económica física o política.

¿Esto es el rostro que queremos de Durango? Considero, que no es lo que la ciudadanía desea, deseamos paz, estabilidad, leyes justas y sentidas; y construcción por bien de todos y para todos, porque aquí habitamos, vivimos y moriremos un día, aquí tenemos nuestra historia,  presente y futuro y  porque al final lo que construimos hoy, lo heredaremos a nuestros hijos.