Que éstas son…
Por: Juan Alberto Esquivel y Cebrián
Que éstas son unas votaciones muy importantes, mucho más que otras anteriores, es cierto; pero no por el número de gentes que los partidos nos están recomendando como gobernantes, sino porque, realmente, está en juego el futuro de México.
Hay quienes creen en el discurso anticorrupción y sobre el «respeto a las decisiones del pueblo» del titular del poder ejecutivo federal. En las medidas tomadas por éste, principalmente para presionar a quienes considera a sus opositores y, sobre todo, porque están agradecidos por el dinero público que regala, pero que no debe comprometer el voto, aunque ésta sea su intención, desde que el PRI instituyó tal práctica.
Hay otros que si bien no coinciden plenamente con la Cuarta Transformación (4T), si caen en la oferta electoral de los partidos satélites de esta.
También están quienes, efectivamente, fueron beneficiados por administraciones anteriores y ahora sienten que sus privilegios y concesiones están en riesgo.
También estamos quienes, sin desconocer la realidad corrupta e ineficaz de los gobiernos que -salvo algunas excepciones- han conducido los destinos del país desde que México es México, vemos un intento de abolir a la incipiente democracia mexicana y regresar a las prácticas de la dictadura institucional que nos gobernó cuando el PRI fue el partido en el poder, si no es que se pretende instituir la dictadura de un solo hombre.
Y por encima de todo esto, está la presencia ominosa de la delincuencia organizada y que si bien es herencia de gobiernos anteriores, en este está, claramente, incontrolable y con ansias de incrementar su poder dentro de la administración pública, lo que se les facilita con el abstencionismo electoral.
Entonces, en estas elecciones están en juego decisiones que se tomarán a nivel federal y las condiciones de Gobierno en los niveles estatal y municipal que serán irreversibles, para bien o para mal y marcarán el destino de nuestra Patria para los próximos años.
¿Y cuál será el resultado final de estas elecciones?
Si son favorables para el partido en el poder y sus satélites, el ejecutivo federal tendrá el control del legislativo federal y el poder para controlar al judicial -como en las mejores épocas del PRI- y así quien vive en el palacio nacional podrá hacer efectivas sus promesas, si son sinceras o sólo quedará como un dictador poderoso.
Si no le son favorables, tendrá un contrapeso y podrá haber democracia real, no de discursos.
Si las promesas de la 4T se concretan -y tú crees en ellas- te será penoso reconocer que, si no votaste, amable lector, quedas en la triste posición de beneficiario pasivo. Si, por el contrario, tu abstención contribuye a fortalecer a la que, para algunos, es ya una naciente dictadura, entonces te quedará el remordimiento por tu pasividad y, moralmente no tendrás derecho a quejarte.
Puede que no sientas interés por la política y hasta sientas aversión por esta, no por eso dejarás de ser beneficiario o víctima de sus efectos. Por eso es importante acudir a votar para hacer sentir tu voz como ciudadano.
Si crees en los discursos del naciente dictador, bríndale tu apoyo y pleitesía (su ego se sentirá halagado) y si no crees en su demagogia, haz sentir tu oposición.
Cierto es que los partidos políticos, todos, han perdido su credibilidad pero nos recomiendan a personas. Entonces, primero, ve la filiación del partido que recomienda a quien te atraiga (si es satélite del poder u oposición a este), luego analiza los antecedentes de la persona (¿ha demostrado que tiene capacidad para gobernar?) y decide por quien creas que será el menos malo.
En tus manos, paciente lector, está el futuro de nuestra patria.