Por: Eduardo Ortega Solano

No hay fecha que no se llegue, ni plazo que no se cumpla, y el día de ayer se realizó la inscripción de la fórmula que aspira a dirigir al comité directivo estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por los próximos cuatro años. A pesar que en algún momento se contempló la posibilidad que existieran varios registros, hace días se supo que esto no sucedería, ya que retomando la tradición de disciplina castrense existió una planilla única, una planilla de unidad, la propuesta para la secretaria general, la ocupa la exalcaldesa gomezpalatina Rocío Rebollo, y como presidente se encuentra Arturo Yáñez Cuéllar. La postulación de Rebollo Mendoza, fue para sus correligionarios una agradable sorpresa, ya que habla de una clara inclusión de todos los grupos, incluido los laguneros; si bien es cierto que los Herrera y los Rebollo han sido tradicionalmente antagónicos, en el proceso pasado cerraron filas en torno a la candidatura de Rocío, por lo que ahora no sería diferente, frente a la búsqueda de la unidad y reconstrucción dentro del PRI.

A nadie sorprende la postulación de Arturo Yáñez, no se ignora que es el delfín de “Alito” y hace tiempo le tenía prometida esta posición; en Durango es su hombre de confianza, además de ser su gran amigo. Por lo que la era de “La Guaraña” en el tricolor se da en el momento preciso por la confianza y respaldo total que tiene por parte de Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI. Su misión no es fácil, ya que tendrá a cuestas la responsabilidad de llevar a su partido a buen puerto en el 2022 y el apoyo de este instituto a nivel nacional es un elemento imprescindible. Pero por supuesto que tan solo la relación de Arturo, con Moreno Cárdenas, no son suficientes argumentos para obtener la presidencia, pero Yáñez Cuellar, no es ningún improvisado; tiene una trayectoria partidista de más de 25 años, líder del Frente Juvenil, de Movimiento Territorial, ha sido regidor y diputado local, además, en la administración pública ha encabezado algunas secretarias; en sus últimos encargos fue candidato a presidente municipal, y en el proceso electoral pasado fue nombrado delegado regional por el CEN de su partido. A Arturo se le reconoce como un hombre afable, entusiasta, que sabe escuchar y hacer equipo. Pero se identificaba como su “talón de Aquiles” que era proclive a no cumplir acuerdos, cosa que le generó problemas, aunque aseguran sus allegados que es un tema superado, que ahora entiende plenamente que “en política los acuerdos se cumplen”.

Reconoció Arturo en su discurso, que el PRI vive un momento difícil, por eso es imprescindible continuar con la alianza, sin embargo, aseguró, que el timón habrá de cambiar, y que en esta alianza el candidato a gobernador surgirá del PRI. Ofreció un liderazgo fuerte y firme, pero pidió no confundir sencillez con debilidad.

Recordemos que, en Durango el PRI en el 2018, perdió todo, pero a partir de ese momento su camino ha sido cuesta arriba, y mucho han influido sus dirigentes: Luis Enrique Benítez, que vivió la época más álgida del partido, y Rubén Escajeda que a pesar de su corto periodo, brindó grandes resultados. Ahora se percibe una dirigencia que será fuerte y generará unidad, mientras que entre sus coligados se percibe una dirigencia que genera división.

Twitter: @EduardoOrtegaS