Por: Gilberto Jiménez Carrillo

 El estilo de Porfirio Díaz para reelegirse en el poder, halló imitadores casi perfectos en varios gobernadores con que se consumó una suerte de reedición de la dictadura a niveles locales. Uno de estos personajes, bastante importante durante la dictadura fue el gobernador de Tlaxcala, Próspero Cahuantzi. Este singular personaje, una vez asumida la gubernatura de su entidad natal en enero de 1885, no la suelta, y acompaña durante toda la dictadura a Díaz.

A semejanza de Porfirio Díaz, Cahuantzi también olvidaría pronto la bandera de la no reelección con la cual se había levantado casi 10 años atrás. A partir del 15 de enero de 1885, asumiría siete veces y de manera sucesiva la gubernatura de su estado, para acumular un total de 26 años y cuatro meses en el poder. Próspero Cahuantzi era un militar con experiencia, ya que había participado en la Guerra de Reforma, en la de intervención francesa y en la rebelión de Tuxtepec.

En esta última había luchado al lado de Porfirio Díaz, razón por la cual obtuvo como recompensa el grado de coronel, una diputación en la legislatura local y luego la gubernatura de Tlaxcala. Los orígenes campesino e indígena de Cahuantzi, su experiencia militar y de propietario rural, su habilidad administrativa y sus dotes paternalistas, su amistad personal con el presidente Díaz y el hecho de que era nativo del estado que gobernó fueron factores muy importantes que le permitieron desarrollar un eficaz juego de equilibrios entre los diferentes grupos sociales y fuerzas de poder de Tlaxcala, así como permanecer en el máximo puesto de Gobierno del estado durante tanto tiempo.

En 1907, Cahuantzi dio un impulso a la impopular medida de reclutamiento forzoso para reemplazar las bajas del ejército federal. En 1911, Cahuantzi convocó con urgencia a una reunión de hacendados y comerciantes para explicar que el Gobierno no contaba con los recursos suficientes para solventar los gastos militares, por lo que tendrían que aportar algunos donativos extraordinarios. Pero para entonces la suerte ya estaba echada, ni el pueblo ni la élite iban a apoyar a Cahuantzi. En mayo de 1911, Díaz abandonó el poder y Próspero, aterrado por el curso de los acontecimientos no tardó en seguir sus pasos.

El 31 de mayo del mismo año, Próspero Cahuantzi decidió separarse temporalmente del poder y nombró como gobernador provisional al americano Diego L. Kennedy, hacendado de la entidad. Dos días después, Cahuantzi presentó su renuncia definitiva retirándose a la vida privada en la ciudad de México. Entonces la legislatura designó al comerciante Agustín Sánchez gobernador provisional, cesando en sus funciones a Kennedy. A finales de 1914, Francisco Villa se ve obligado a abandonar la capital llevándose consigo a Cahuantzi, tal vez por considerarlo un valioso prisionero porfirista.

Encarcelado en la ciudad de Chihuahua, Próspero Cahuantzi murió en enero de 1915 a la edad de 81 años. Durante mucho tiempo reposó en el cementerio de Santa Rosa de la Ciudad de Chihuahua. En 1947 sus restos fueron trasladados al Estado de Tlaxcala. El antropólogo y profesor emérito de la universidad de Leiden Raymond Buve, acuñó el término: “Prosperato”, con objeto de matizar las particularidades que tuvo la administración porfirista en Tlaxcala y que la historiografía ha tomado muy poco en cuenta. Una cápsula histórica donde se menciona a nuestro Pancho Villa… por cierto ya viene el séptimo aniversario del museo.                                                                  

Email:[email protected]