Por: Erik González

A diferencia de algunos países como China, Italia, España, Corea del Sur, entre otros, que sufren los estragos de esta nueva enfermedad llamada Coronavirus, el Gobierno mexicano inició una estrategia anticipada a una crisis mayor. A diferencia los lugares que hoy luchan de manera crítica en la «fase 2» y «fase 3», donde no solo se ha salido de control las cadenas de contagio, sino que las capacidades comunitarias parecen insuficientes (falta de médicos, enfermeros y hospitales), inclusive utilizando hoteles para dar atención a la ciudadanía. Nos parece que los protocolos implementados por nuestro Gobierno al suspender clases en todos los niveles, así como todos los eventos que incluyen conglomerados, espectáculos o reuniones masivas ha sido todo un acierto del Presidente quien nos dice con plena confianza que vamos a superar esta epidemia y quien está bien representado en el subsecretario de Prevención y Promoción de la salud, Hugo López–Gatell, a quien se le ha encargado llevar el proceso del tema de Coronavirus en México y responsable de implementar la estrategia nacional “Sana distancia”.

Queridos amigos, debemos decir que esta estrategia no es una heurística aislada, exclusiva de Gobierno o de funcionarios federales o de cualquier otro nivel, mucho menos se reduce a la relación del sector salud con los pacientes, sino implica una idea más amplia, sobre todo, un proyecto comunitario, solidario y de hermandad que nos incluye a todos. Desde este plan que ya está en marcha resulta oportuno atender todas las recomendaciones con estricta responsabilidad por el sentido de que vamos en el mismo barco y al mismo tiempo nuestros familiares e iguales están en riesgo latente. Lo fundamental de está en la respuesta y la capacidad organizativa que podemos dar como sociedad: Consiste fundamentalmente en mitigar y sortear con información científica y con datos duros lo que hoy nos sugiere de esta pandemia la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por otro lado, y a diferencia de otras epidemias o pandemias debemos decir que el mapa genético del Coronavirus fue descifrado en un tiempo récord, ahora conocemos quién es: Una enfermedad emparentada con el Coronavirus de los murciélagos, uno nuevo del grupo 2B, del SARS. Otra de las cosas sobresalientes además es que ya sabemos cómo detectarlo y en este rubro México es pinero con las pruebas suficientes para su diagnóstico a lo largo y ancho del territorio nacional. Con las medidas recomendadas por la OMS y algunos tratamientos, sobre todo los aportados por científicos cubanos la situación en China está mejorando y parece estar revirtiéndose la crisis, sobresaliendo el gran trabajo comunitario, las medidas de control y aislamiento impuestas por su Gobierno. Otra de las cosas que no me gustaría dejar de compartirles es que el 80 por ciento de los casos en el mundo son leves incluyendo, algunos de estos asintomáticos que predominan en niños y adolescentes de acuerdo a los datos duros que ofrecen los países más maltratados y organismos internacionales. Aunque no existe suficiencia en medicamentos la mayoría de la gente se cura por medios naturales. Algo que también nos da confianza, es que ya hay más de 150 artículos científicos y muchos países están en busca de su tratamiento y de una posible vacuna destacando los esfuerzos de Cuba, China, Israel, Alemania, Bélgica y Estados Unidos.

Queridos amigos, de favor y en solidaridad no pasemos por alto las recomendaciones oficiales en una lógica comunitaria, acuérdense que vamos en el mismo barco. Apliquemos el utilizar gel-alcohol desinfectante, respetar la sana distancia y el aislamiento, evitar promover o asistir a eventos masivos. Y algo que me parece de mucha relevancia recomendar es “comer lo más saludable para potenciar lo mejor posible a nuestro sistema inmunológico quien al final se convierte en un determinante clave”.