Por: Erik González

Por increíble que parezca queridos amigos, el abogado Cesar Gutiérrez Priego quien se especializa en derecho militar, denunció que tanto Carlos Loret de Mola como Joaquín López Doriga piden dinero para poder entrevistar a alguien. Fue en el programa “Sin censura” con el periodista Vicente Serrano, en donde Gutiérrez Priego acusó a los dos periodistas exproducto de Televisa, de solicitarle un pago para poder entrevistarlo. “Me dijeron que sería nada más en la radio y que me costaría 25 mil dólares que él me hiciera una entrevista: López Doriga me cobraba 50 mil dólares por la misma entrevista”.

Estas confesiones sobre corrupción periodística deterioran al igual que en la política, al periodismo profesional en México en donde cada vez son menos los comunicadores que tienen un compromiso con la verdad.  A falta de una ética de la comunicación fundada en principios de veracidad los periodistas a sueldo protegen a políticos corruptos, criminales de cuello blanco, magistrados torcidos, solo informan desde una conveniencia monetarista y no con valores apegados a la verdad. Al igual que en un sistema de cleptocracia mexicana la corrupción de la comunicación se toma como algo normal y como parte del oficio de comunicar. Como dice el presidente López Obrador: “El poder político y los medios de comunicación tenían un vínculo estrecho y delictuoso”.

En esa relación de usar la mentira, el montaje y la desinformación para con el pueblo mexicano el presidente hace unos días se refirió a los montajes de la comunicación que con normalidad este tipo de periodistas se prestan para sacar a la luz pública información falsa y el primer mandatario sabe que la mayoría de la gente les cree a estos comunicadores, sobre todo cuando las televisoras que los fabrican tienen una cobertura mediática tan alta como “Televisa”.

Sin duda queridos amigo, son más los comunicadores sin una ética de la comunicación coludidos con las practicas del viejo régimen neoliberal; inflados por los grandes imperios de la comunicación que les asignan premios en su trayectoria para después utilizarlos como desinformadores sistemáticos muy frecuentemente de la derecha y en beneficio de una minoría corrupta.

Es comprensible que el Presidente haya arremetido contra Loret de Mola, al recordar el montaje televisivo en el caso de la francesa Florance Cassez. Brindó la oportunidad al presidente del sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Jenaro Villamil, quien llamó Loret de Mola “cortina de mentiras”, luego de que el periodista dijera que él no tiene nada que esconder. El también escritor manifestó en su cuenta de Twitter que los telemontajes son un delito que cualquier comunicador o periodista que se respete debe rechazar. Los telemontajes son un engaño a la audiencia. Una violación del debido proceso. Una vergüenza que cualquier comunicador o persona que se diga periodista debe rechazar.