Por: Dionel Sena

Nos cuentan que la alcaldesa de Gómez Palacio, Marina Vitela, inició su gestión con el pie izquierda, pues no sólo no le cumplió lo que le prometió al empresario Juan Ávalos Méndez, quien le terminó renunciando al cargo como director de Fomento Económico y además tuvo que digerir el mensaje que el mandatario estatal le envió al preferir rendir su tercer informe en Lerdo y no en aquella ciudad gomezpalatina, sino que también ahora su gestión ha sido objeto de fuertes críticas por abrirle la puerta a una treintena de familiares, mismos que figuran ya como directores y en puestos alternos, lo cual distintos sectores de aquella región le han cuestionado, algunos de manera abierta y otros en círculos cerrados, pues temas de nepotismo es lo último que quienes votaron por ella querrían ver de una administración que se supone no incurriría en ese tipo de actos, sin embargo, todo indica -por lo que se ha visto hasta ahora- que será pan con lo mismo.

Trascendió que en los puestos de directores de Obras Públicas y Desarrollo Social colocó a dos de sus sobrinos, sin obviar que en una de esas subdirecciones situó a otro de sus sobrinos, sin dejar de lado que de ahí para abajo están estratégicamente diseminados el resto de sus “recomendados”, ello sin contar todos los demás puestos de cuotas políticas que seguramente tuvo que entregar, lo cual no deja de ser preocupante, pues no vaya a ser que los perfiles no resulten adecuados para el cargo y la productividad que se espera de ellos deje mucho que desear, pues está claro que no están llegando a esas responsabilidades por un tema de capacidad, sino por que forman parte de un grupo político, lo cual debió quedar erradicado en cuanto Morena ganó la elección el pasado 2 de junio, al menos eso fue lo que se le prometió a los electores que le apostaron a ese proyecto político-electoral.

La expriista debería ver con detalle cómo le fue a su “vecina” en Lerdo, María Luisa González Achem, la cual por ese mismo tipo de conductas marcó su gestión, la que sólo duró tres años, pues ya se sabía de su falta de aceptación ciudadana tras engrosar la nómina de ese municipio con pura familia, lo que en definitiva a los lerdenses no les pasó de largo y decidieron manifestar su descontento en donde más le duele a cualquier político, es decir en las urnas, por lo que si la hoy alcaldesa de Gómez Palacio tiene un proyecto para el 2022, primero deberá solucionar esta mala percepción que se presenta apenas en el amanecer de su administración, ya que de que no corregir el rumbo, entonces pudiera generarle un estigma con el que deberá cargar el resto de su vida política, para lo cual deberá hacerse de gente capaz a su alrededor y no solamente de “aplaudidores” que nos comentan, son los que la acompañan en la actualidad.

Ante sí, Marina Vitela tiene el enorme reto de representar el cargo público más importante que tiene Morena en Durango, sin embargo, así como le puede dar una proyección política que sólo ella dimensionará con el trabajo que realice, al mismo tiempo pudiera marcar el rumbo que tomará ese partido en los próximos años electorales, después de perderlo casi todo el 2 de junio pasado, cuando de 39 alcaldías que estuvieron en juego, sólo ganaron dos, una de ellas precisamente la de Gómez Palacio, de ahí la importancia de cómo haga las cosas y la manera de conducir sus relaciones públicas, mismas que hasta ahora, por ejemplo, no son del todo buenas con el Gobierno del estado, algo muy diferente a lo que está haciendo Homero Martínez, en Lerdo, quien no solamente respeta la investidura del Ejecutivo estatal, sino que también ha manifestado públicamente que quiere trabajar en equipo con él y por ello, la semana que recién concluyó, reiteró que cierra filas con el Gobernador en las decisiones que tome en relación al Paquete Económico 2020 que viene para Durango y que hasta ahora es bastante limitado.

Twitter: @dionelsena