Por: Dionel Sena

En la primera sesión virtual del Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), se aprobó -entre otras cosas- regular las entregas y apoyos que políticos y funcionarios públicos, han estado haciendo para apoyar a las personas afectadas por la pandemia provocada por el COVID-19 en Durango, en la idea de evitar actos disfrazados de propaganda electoral que pudieran redituarles el próximo año, por lo que bajo ningún circunstancia, los apoyos entregados podrán llevar algún tipo de logotipos partidistas o hacer alusión a algún político que en el futuro cercano, pudiera convertirse en candidato en las elecciones venideras, por lo que cualquiera de los buenos «samaritanos» que andan entregando ayudas, ahora deberán andarse con cuidado, no vaya a ser que terminen siendo inhabilitados.

Hasta donde se sabe, lo anterior viene contemplado en la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales para el estado de Durango, que debería evitar – en teoría – la entrega de apoyos en cualquier circunstancia de manera personalizada, pues se sobreentiende que ello pudiera representar algún desiquilibrio en la contienda electoral que se aproxima y que pudiera ser el caso, de lo que ocurre en el estado con algunos actores políticos, sin embargo, el probar que realmente se está incurriendo en esas anomalías será lo interesante, pues primero deberá haber quien haga la denuncia a través de un procedimiento ordinario sancionador aunque de igual manera se puede presentar de oficio, aunque no hay antecedentes de que este último recurso haya sido alguna vez utilizado por parte de algunos de los consejeros electorales locales.

Está claro que lo aprobado esta semana en el consejo electoral, no inhibirá a los hombres y mujeres que buscan ayudar al prójimo en esta contingencia sanitaria, pues podrán argumentar que lo están haciendo sin ningún tipo de fin electorero, bastaría con que los apoyos que entregan no traigan su logotipo a nombre para probarlo, sin embargo, eso no quiere decir que el próximo año, no busquen sacar raja política de ello y recordarles a las personas que ayudaron, que ellos o ellas estuvieron presentes cuando más lo necesitaron, claro, ello si llegarán a ser candidatos por algún partido político o incluso por la vía independiente, lo que tampoco es una garantía de que vaya ocurrir en automático, pues el ciudadano pudiera argumentar de igual manera que en ningún momento pidió ayuda y que su voto lo dará por quien mejor le parezca, vicisitudes a las que a diario se enfrentan los políticos.

La idea de los consejeros electorales no es mala sino todo lo contrario, sin embargo, quienes en este momento andan de buenos «samaritanos» pudieran verlo como llamados a misa, pues no hay una autoridad en el campo que regule la actividad, más allá de denuncias que en ese sentido se puedan presentar y que lo más seguro es que serán partidos políticos contrarios, por lo que es casi un hecho que independientemente del fallo que emita el IEPC llegado el momento en casos relacionados con lo que aquí se expuso, serán los magistrados del Tribunal Estatal Electoral quienes tendrán la última palabra, pues ya sea la parte acusadora o la que se defiende, recurrirá a ese órgano electoral por la vía de la impugnación para buscar otra opinión, lo que convertirá esos recursos en auténticos vía crucis y pleitos legales que quizá no cumplan con el objetivo inicial para el cual fueron creados.

Al tiempo…

Twitter: @dionelsena