Por: Dionel Sena

Lo ocurrido en la zona limítrofe entre Sonora y Chihuahua, en donde fue masacrada una familia mormona a manos del crimen organizado, sin duda que pone una vez más en tela de juicio la estrategia de seguridad que hasta ahora sigue implementando el Gobierno federal; las escenas que circulación en redes sociales hablan de la brutalidad con la cual se cometió este crimen, una saña muy pocas veces vista en nuestro país, lo que levantó el repudio y la indignación de todos los sectores de la sociedad, incluso Donald Trump ofreció su ayuda a México para declararle la guerra a las organizaciones criminales que tienen asoladas varias zonas de la República Mexicana, aunque se duda mucho que Andrés Manuel López Obrador vaya aceptar, principalmente por que ello iría contra su discurso de pacificación.

Hasta ahora Palacio Nacional sólo se ha limitado a informar el saldo de dicho ataque, más no han ofrecido información relacionada con el móvil del crimen y quiénes pudieron haber sido los autores materiales, sin obviar que de la misma manera han evadido su responsabilidad en torno a que no retiraron ellos la presencia de elementos de las fuerzas federales en la zona que se encargaban de garantizar la seguridad de esa comunidad mormona desde el año 2009, de ser así, no se entiende el porqué del ataque inmisericorde y la saña que se usó, pues todo pareciera indicar que los atacantes sabían que no tenían protección y que por ello, quizá, atacaron con absoluta libertad a la familia, hechos en los que murieron 11 personas, entre ellos tres mujeres y seis menores, los que, se dice, iban a una fiesta cuando fueron emboscados, algunas de las teorías es que los confundieron con miembros de otro grupo delictivo, lo que a estas alturas sería difícil de utilizar como una versión sólida.

Hasta el actor Gael García no tuvo empacho en decir ¿Para que “chingados” votamos por ustedes? refiriéndose a la “4T” y su incapacidad de resolver la serie de problemas que en materia de seguridad están estallando prácticamente en cualquier entidad federativa, pidiéndoles que ya asuman su responsabilidad en este agudo problema que pareciera -a veces- salírseles de control al Gobierno federal, mismo que sigue con su discurso de que vamos bien el combate al crimen organizado, pues por más que tenga otros datos, no se puede huir a la realidad, y la realidad está acabando con familias completas, ahí está el caso de los LeBarón, que de ser prácticamente desconocidos para la gran mayoría, se convirtieron en tendencia nacional e incluso mundial, por la manera en que fueron ultimados y que a la fecha no hay algún indicio del porqué sus victimarios actuaron de esa manera.

Desde luego que lo anterior representa un nuevo episodio de crisis para el Gobierno federal, pues el cruento hecho le dio la vuelta al mundo y pinta a México como un lugar peligroso para vivir, y por ende también para invertir, pues los secuestros, los robos, los «levantones», los asaltos y prácticamente todos los delitos habidos y por haber, se comenten en nuestro país y los discursos populistas en definitiva que no van a terminar con el problema, es por ello que un cambio de estrategia en materia de seguridad parecería impostergable, aunque aún hay quienes piensan que en Palacio Nacional no reconocerán el problema y se “morirán” con la suya, aunque ello conlleve a que vivamos el año con más muertes en la historia de México, un tema que no es menor y algo se tendrá que hacer al respecto, pues no falta mucho para que el problema se extienda a todos los rincones del país, y entonces sí ya no bastarán los discursos populistas para detenerlo.

Al tiempo…