Por: Dionel Sena

El artero atentado del que fue objeto el juez federal, Uriel Villegas y su esposa, Verónica Barajas en Colima, no deja de ser un hecho que marca a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues es un mensaje claro del crimen organizado hacia el Poder Judicial de este país, sobre los tiempos que se están viviendo y que se aprovechó que dicho juez en el momento del ataque, no tenía escoltas con él, tal y como lo marca la regla para el desempeño de una actividad semejante, máxime cuando el hoy occiso llevaba temas tan delicados como el huachicol, lavado de dinero y narcotráfico; por lo que no se entiende que hacía sin protección, aunque el argumento del Gobierno federal, es que es que él mismo pidió desde hace tiempo el retiro de los escoltas, bajo la justificación de que ya no los necesitaba, lo que ha generado opiniones encontradas, pues también se dice que dichos elementos de seguridad personal, le fueron retirados por un tema presupuestal.

La indignación es tal que hasta el propio Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación pidió que el hecho, no quedara impune y que se llegara hasta las últimas consecuencias, a lo que está obligado la mismísima administración de la Cuarta Transformación (4T), por la manera en cómo se dieron los hechos y principalmente por el mensaje que se está mandando a ese poder en México, mismo que ya levantó la voz y exige el esclarecimiento de los hechos, pues la consternación no es para menos, por ahora el titular del Ejecutivo calificó el hecho como un crimen artero y atroz, en tiempos donde su discurso se ha mantenido en el sentido de abrazos y no balazos, lo que deja un sentimiento de impunidad y de nulo combate a este tipo de hechos.

El hecho como tal puede marcar un precedente muy peligroso en este sexenio, pues se siente un desamparo total entre los juzgadores que afectan los intereses del crimen organizado y que al verse afectados, su forma de responder es ejecutar a cuanto juez se interponga en su camino, como es el caso al cual se hace referencia y el cual, ocurrió a plena luz del día y ante la mirada atónita de sus propias hijas que ahora han quedado en la orfandad, por ello, la necesidad de que el Gobierno federal de esclarecer el hecho y que no quede impune, caso contrario este tipo de eventos se seguirán repitiendo y cada vez que un juez federal emita un fallo, deberá temer por su vida, lo que parecía que ya era cosa del pasado, lo cual está claro que no es así.

También es inobjetable que en este momento el Gobierno federal pareciera estar más preocupado por temas como los apoyos a los adultos mayores o a los “Jóvenes construyendo el futuro”, como si no les hubiera “caído el veinte” que se trata de un crimen de Estado y que debe ser tratado con toda la delicadeza, pues son hechos que pudieran repetirse e incluso alcanzar a personajes de mayor envergadura, por ello, todas las instituciones deberán cerrar filas en torno al tema, pues si impera la impunidad, este tipo de hechos están condenados a repetirse, por más que el Presidente asegure que este caso como tal serán castigados al igual que a los responsables y que de ninguna manera se siente intimidado él o algún otro integrante de su Gobierno.

Esperemos que no se repita…

Twitter: @dionelsena