Por: Dionel Sena

Luego que el senador Julen Rementaría filtrara en redes sociales el supuesto gasto de la despensa de la Presidencia de la República, en el que  resaltan los 16 mil pesos que costó un kilo de longaniza, el revuelo no se hizo esperar y las críticas de igual manera, al grado de que la «4T» tuvo que emitir un comunicado para aclarar la situación, en el que se aseguraba que el gasto presentado era una previsión de lo que había erogado el Gobierno anterior por el mismo concepto, lo que no precisamente ayudó a despresurizar el “numerito”, pues en la lista que proporcionó el legislador también se detalla el gasto que se hizo por un kilo de jamón de pavo, por el cual se habrían pagado poco más de tres mil pesos y ni qué decir de una caja de cerillos, por la que se erogaron casi mil 300 pesos, cifras muy alejadas de la austeridad republicana de la cual tanto se habla en estos tiempos, y ni qué decir de la pobreza franciscana, por lo que no faltó quién citara que esa despensa no la tenía ni Obama.

El propio Andrés Manuel López Obrador trató de calmar las aguas, asegurando que él ni siquiera come chorizo, por lo que no tendría lógica el que se haya presupuestado lo que viene en esa “despensa”, la cual, si bien se asegura que aún no se pagó, no deja de llamar la atención lo que hubiera pasado si la lista referida no se hace pública, por mas que los “amlovers” digan que en nada se comprara lo que esta administración ha gastado con las anteriores, sin embargo, cotizar a sobreprecio no deja de ser también un acto de corrupción que la «4T» no se puede permitir, más allá que les haya pasado desapercibido o alguien trató de sacar ganancia del tema, en pocas palabras, no hagan cosas buenas que parezcan malas, pues los tiempos no están para ese tipo de “lujos”, principalmente cuando con el discurso se trata de decir otra cosa.

La lista difundida fue tan escandalosa, que el propio tabasqueño, la mañanera de este martes, dijo que él se deslindaba de esa relación de compras excesivas, las cuales por cierto, vienen contempladas en el programa anual de adquisiciones, arrendamientos y servicios de la Presidencia, en el que se incluía la compra de un filete de pescado blanco, atún enlatado y un bistec de res, por prácticamente medio millón de pesos; por lo que se dijo que esa lista es la que quienes se fueron le habían recomendado a los que llegaron, es decir, que en el pasado sexenio sí se hacían este tipo de compras con total impunidad, lo que sugiere que algún proveedor, junto con algún funcionario de la administración pasada, enriquecieron sus arcas con ese tipo de adquisiciones, las cuales son absolutamente desproporcionadas a la realidad no sólo que vive México sino también a la de varios países de primer mundo.

Más allá que se haya tratado de un tema heredado, es indudable que quienes apoyan al presidente a capa y espada, no se pueden cegar negando que se cometió un error con la “despensa” referida, por lo que lo recomendable, es aceptar el yerro y hacer público lo que se hará al respecto, pues si la lista no se hubiera difundido en redes sociales, entonces lo más seguro es que las compras sí se hubieran hecho y por las enormes responsabilidades y ocupaciones que tiene el Ejecutivo federal, difícilmente se hubiera dado cuenta, pero sí hubiera sido él quien tendría que haber salido a dar la cara ante un escándalo semejante, por lo que seguiremos sosteniendo que Andrés Manuel requiere de colaboradores capaces que realmente le quiten presión a su agenda y a sus responsabilidades, caso contrario, este tipo de temas serán comunes en las «mañaneras» y lo único que provocan es un desgaste innecesario, lo cual no muchos se atreven a reconocer.

Twitter: @dionelsena