Por: Dionel Sena

Si bien no se trata de un tema bueno en nuestro país, es innegable que los ataques a quienes ejercen el periodismo en México sigue en aumento, y pareciera un problema al cual nuestras autoridades no le encontrarán solución, al menos en el corto y mediano plazo. El mejor ejemplo es el asesinato de tres periodistas en la última semana en distintos puntos del país, sin obviar el ataque que sufrió un medio de comunicación en Parral, Chihuahua, y que incluso amenazó con cerrar y tomó la determinación de ya no publicar información de nota roja, pues se presume que fue a partir de esos contenidos que se originó dicho atentado con bombas molotov, un caso más de amedrentamiento hacia la libertad de expresión, que sólo pone de manifiesto la realidad que viven los medios de comunicación hoy en día, la enorme indefensión en la cual están esas empresas y por consiguiente, también sus trabajadores.

Uno de los casos referidos ocurrió en Veracruz, la noche del pasado viernes, en el municipio de Octopan, cuando Jorge Celestino Ruiz Vázquez, corresponsal del gráfico de Xalapa, fue ultimado con arma de fuego, el cual a pesar que ya había recibido amenazas de muerte y su hogar había sido atacado a balazos, aun así quienes se la tenían jurada, se salieron con la suya y no descansaron hasta arrebatarle la vida, más allá que autoridades veracruzanas habían tomado medidas para evitar que este periodista terminara siendo parte de una estadística más en México, lo que lamentablemente no pudieron impedir y más allá del mensaje de condolencias del mandatario morenista, Cuitláhuac García, es innegable que esa entidad es una de las más peligrosas para ejercer el periodismo en nuestro país, y para muestra lo antes referido.

Otro de los casos que de igual manera se pudieron documentar como un atentado a la libertad de expresión, fue el que sufrió Rogelio Barragán, director del portal de noticias Guerrero al Instante, mismo que fue localizado el 30 de julio sin vida y al interior de un vehículo, con heridas en el rostro y la cabeza, el hallazgo ocurrió en el municipio de Zacatepec en el estado de Morelia, mismo que incluso, ameritó por parte de la delegación de la Unión Europea en México su inmediato esclarecimiento; poco importó que tuviera uno de los medios digitales con el mayor número de seguidores en Facebook en esa entidad -110 mil-, pues de la misma manera fue ultimado presuntamente por integrantes del crimen organizado, sin que autoridades de ambas entidades pudieran hacer algo por evitarlo.

Édgar Alberto Nava, reportero y administrador del medio digital, La Verdad de Zihuatanejo, fue asesinado por hombres armados al salir de un evento infantil en aquella zona de Guerrero; por ahora se ignora el móvil del crimen, pues el descrito además de ejercer esa actividad periodística, también era el director de reglamentos de ese Ayuntamiento, y al parecer tenía una relación muy cercana con varios funcionarios de esa administración, sin embargo, aún se desconoce si haya sido alguna publicación la que incomodó a alguien, pues la mayoría de las mismas estaban relacionadas con notas de funcionarios municipales y en una que otra ocasión contenido de nota roja.

Lo anterior no deja de ser preocupante al igual que las estadísticas del número de hombres y mujeres que ejercen el periodismo y que han sido asesinados a sangre fría en este país, y es que según datos de la propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos, del año 2000 a la fecha, han sido ultimados en México 150 comunicadores, de los cuales ya van nueve en lo que va del año, la mayoría de esos casos no han sido esclarecidos por las autoridades, pues los responsables siguen libres tanto los autores materiales como los intelectuales, con una impunidad que ya llama la atención de organismos internacionales, lo malo es que estamos en los tiempos en que los datos pueden llegar a ser muy fluctuantes, y dependiendo del lente con que se vean o son realidad o ficción, lo que es inobjetable es que el periodismo vive una de las etapas más negras de su historia y esa es una verdad que muy pocos se atreverían a debatir.

Twitter: @dionelsena