POR: DIONEL SENA

Ya son varias las renuncias que se han acumulado en el amanecer del sexenio federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, quizá las más sonadas -por mucho- fueron la de Germán Martínez al IMSS y la de Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda, mismas que aunque no se quiera reconocer, sí provocaron movimientos telúricos en los cimientos de la 4T, sin embargo, también están quienes presentan sus renuncias forzosas como consecuencia de temas de conflicto de interés o porque de plano, regaron el «tepache» en un momento dado, ahí está el caso de la extitular de la Semarnat, Josefa González Blanco, la cual hizo que un avión comercial se retrasara a causa de que no llegó a tiempo al aeropuerto internacional de la Ciudad de México, por lo que su permanencia fue insostenible y terminó por «renunciar» ante las presiones que se ejercieron en contra del titular del Ejecutivo federal.

Otro caso muy sonado fue indudablemente la «renuncia» del exsuperdelegado de Jalisco, Carlos Lomelí, el cual fue señalado en múltiples ocasiones de representar conflicto de interés en el tema de licitaciones de medicamentos, pues empresas ligadas a familiares y colaboradores del morenista, forman parte de una red de empresas de medicamentos que venden ese tipo de productos a distintos gobiernos estatales en el país, lo cual fue negado por el implicado, mismo que sonaba de manera insistente como aspirante para la próxima elección a Gobernador en esa entidad, después de que el año pasado perdiera ante el emecista Enrique Alfaro, con quien mantenía un frente abierto desde aquellas elecciones, por lo que se puede inferir que el más contento con su salida, es justamente el hoy mandatario estatal de esa entidad, pues al parecer ya no tendrá quién le haga «mosca».

Todo indica que la percepción que trató de generar el Exsuperdelegado sobre no tener nada que ver con temas de licitaciones familiares, se vino abajo cuando la organización Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI), publicó un reportaje en donde dejaban entrever que Lomelí, había tenido acceso a una de las cuentas bancarias de la farmacéutica que siempre negó que fuera de su propiedad, y que habría recibido contratos por el orden de los 164 millones de pesos, de lo cual se le cuestionó al propio Lopéz Obrador, por lo que poco tiempo después se dio su repentina «renuncia», por lo que no es complicado inferir que la misma le fue solicitada directamente desde Palacio Nacional, pues ya las presiones eran muchas y su permanencia resultaba insostenible.

Se debe aclarar que este no es el único caso controversial que hay en México sobre superdelegados, pues hay otros que más que representar conflictos de interés, más bien representan deficiencias muy serias en su trabajo y en donde los resultados de su gestión, en definitiva que no están justificados, por ejemplo, el censo de personas beneficiadas de los distintos programas que maneja el Gobierno federal, el cual se quedó muy por debajo de las expectativas y ello, tiene molesto al propio Presidente, por lo que no sería descabellado pronosticar que en breve varios cambios más se realizarán en diferentes estados del país y que vendrán ordenados directamente desde Palacio Nacional, lo cual de llegar a ocurrir, ni el mismísimo Gabriel García -responsable de esa área- lo podrá evitar, pues hay quienes no han entendido la trascendía y la importancia de ese puesto, para que la 4T gobierne por varios años más esta nación, al menos a bote pronto, esa pareciera ser la estrategia primaria.

¿Será?…

Twitter: @dionelsena