Por: Dionel Sena

Si algo marcó al sexenio de Vidente Fox, fue el otorgar una libertad de expresión sin precedentes a los representantes de los medios de comunicación para crítica al Presidente de la República en turno, lo cual prevaleció durante las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, en donde los amagos y la censura por parte del ejecutivo federal hacia quienes hacían un periodismo crítico no eran tan comunes, salvo conocidas excepciones que fueron del dominio público, sin embargo, hoy en día no parece haber esa tolerancia y las amenazas emanadas desde Palacio Nacional son cada vez más generalizadas, por lo que sí deberían ser de preocupación para quienes medianamente se jactan de ser periodistas y no sólo lectores de preguntas en las mañaneras del Presidente, lo que no deja de ser una mofa para quienes ejercen esta noble profesión.

Esta semana, una vez más, el Presidente lanzó una advertencia para quienes critican sus políticas de Gobierno, y es el quitarles un 10 por ciento de su salario para ver él en que lo puede emplear, tras lo cual tendrán permiso de seguirlo cuestionando como hasta ahora lo han hecho, es decir, pagar por criticar y cuestionar, algo que quizá nunca se había visto en este país y en muchas democracias del mundo, lo que bien pudiera marcar un precedente muy peligroso en tiempos donde quienes no comulgan con la manera de hacer política de Andrés Manuel López Obrador, están llamados a ser parte de un «Sicariato Periodístico», es decir, un gremio que pasó de ser integrado por periodísticas a sicarios de la información, por el sólo hecho de cuestionar lo que no se hace bien.

Será difícil que el Presidente reconozca la trayectoria o la carrera de alguien que no apoya sus políticas de Gobierno, más allá de “Lord Molecula”, una especie de parodia de un personaje que se sienta siempre en primera fila de las mañaneras y lee preguntas dictadas y a modo, proclives a vestir la figura presidencial, o el caso de John Ackerman, quien asegura ser periodista, por el solo hecho de conducir un programa en donde se tiene como primicia fundamental, el aludir la figura del tabasqueño, pero con una gran influencia y libertad para con López Obrador, al grado de que él mismo sugirió remover como coordinador de los senadores de Morena a Ricardo Monreal, por el simple hecho de haber acudido a una entrevista con Carlos Loret y estar de acuerdo en varios de sus conceptos hacia ciertos personajes de esta administración, lo cual sobre decir, fue infructuoso. Aunque hay otros con mayor gracia, capacidad y narrativa que pueden llegar a posicionar mejor los temas del Presidente, como es el caso de Jorge Zepeda Patterson, siendo él una de las grandes excepciones.

Claro que habrá quienes apoyen este trato hacia la prensa crítica de nuestro país, pero esos amagos y constantes amenazas hacia ese gremio, tarde o temprano se le va a revertir, pues es tanto el tiempo que le dedica a sus detractores y críticos que pierde tiempo muy valioso en analizar y tratar de resolver los temas medulares y torales, por los que esta nación está atravesando, tal es el caso de una notoria falta de crecimiento económico, la pérdida de millones de empleos, la falta de inversión privada y ni que decir de la inseguridad que el año pasado y en lo que va de este, está creciendo a un ritmo vertiginoso, haciendo igual de violento que el sexenio calderonista, aunque por razones distintas, pues mientras que en aquella administración el país ardió por la absurda declaración de guerra al narco, esta arde por la inacción que ha caracterizado a este Gobierno para atender este tipo de casos que son urgentes y prioritarios para todos los mexicanos.

Twitter: @dionelsena