Por: Dionel Sena

A sólo mes y medio para que concluya su mandato como alcalde de Durango, el doctor José Ramón Enriquez aún no sabe lo que hará a partir del mes de septiembre, pues al parecer tiene de dos “sopas”, una, tomarse unas vacaciones y hasta un año sabático para replantear su carrera política, y la otra, que justo un día después que termine su gestión al frente del Ayuntamiento de Durango, irse al Senado a ocupar la curul que ganó en el 2018, cuando abanderó las causas del PAN-PRD y Movimiento Ciudadano, sin embargo, en las ocasiones en que ha sido cuestionado sobre el tema, ha respondido -hasta en cierto tono molesto- que por ahora está solamente enfocado en terminar la responsabilidad que le confirieron los ciudadanos de esta capital el año pasado, y que por ello no ha pensado qué hará después del último día de agosto.

Más allá de la derrota electoral del pasado 2 de junio, en definitiva que no todo está perdido para el oftalmólogo, pues a diferencia de muchos que perdieron en los comicios pasados, podrá transitar en los años venideros desde la cámara alta, lo cual no es nada despreciable, ya que le dará juego político en los más altos niveles, integrará comisiones con temas de relevancia para el país y estará vigente de aquí al 2022, aunque claro que ya nada será lo mismo después del “raspón” sufrido en las urnas, es decir, deberá jugar muy bien sus cartas, de ahí la interrogante de lo que hará una vez que concluya este trienio, pues estará absolutamente elegible para pedirle a Juan Quiñonez dicha curul  y empezar a construir desde allá lo que se venga, por lo que conociendo sus antecedentes, se duda mucho que se tome mucho tiempo antes de irse a vivir a la Ciudad de México.

Un tema que no es menor, es que en definitiva dejará en la orfandad a varios y a varias que se casaron con su proyecto, mismos que querrán transitar de la mejor manera posible los próximos dos años, lo que en definitiva que no será sencillo, pues quienes gobernarán el municipio de la capital los próximos dos años, ni duda cabe que son enteramente antagónicos a los que se van, y que por ello lo más seguro es que los despidos estén a la orden del día, pues se sobreentiende que querrán trabajar con personas de su entera confianza, lo cual no debería extrañar, pues ese fenómeno se presenta cada tres años, aunque por los ánimos crispados que se vivieron en campaña, quizá este año pudiera ser aún más intenso, de lo que seguramente nos vamos a enterar todos a través de las redes sociales.

Una buena señal para saber cómo será la relación entre los que se van y los que van a llegar, será durante la etapa del proceso entrega-recepción, mismo que iniciará a partir del 1 de agosto y para lo cual, el alcalde electo de Durango, Jorge Salum del Palacio, ya designó a 200 de sus más cercanos aliados para que desarrollen esa delicada tarea, misma que consistirá esencialmente en saber de qué consta cada área, oficina y dirección, en la idea de tener un conocimiento pleno de lo que estarán recibiendo, para que después no haya malos entendidos, en especial cuando cada dirección trate el tema de sus finanzas, los adeudos a proveedores y la herencia que dejarán de personal, pues algunos ya estarán sindicalizados y costará más dinero darlos de baja para meter a su gente, sin obviar el hecho de las demandas cuando los despidos no queden bien sustentados jurídicamente hablando.

Al tiempo… 

Twitter: @dionelsena