Por: Dionel Sena

A sabiendas de la mayoría abrumadora que tiene el Presidente en la Cámara de Diputados, recientemente trascendió que sostuvo una nueva reunión con quienes integran la Junta de Coordinación Política, para apoyar una reforma constitucional que consiste en reducir el financiamiento a los partidos políticos, lo que en su momento, no solo la oposición estuvo en contra, sino también algunos de sus aliados, tal es el caso del Partido del Trabajo y el Verde, mismos que a través de distintos argumentos, le dejaron en claro a Andrés Manuel López Obrador que no apoyaban dicha iniciativa, ahora habrá que ver a que le apuesta el tabasqueño para que dicha propuesta ahora si transite, lo que no deja de afectar también a quienes lo acompañaron a alcanzar el objetivo en el 2018.

El mismo Presidente sabe que una medida semejante terminaría con la poca «competitividad» que le queda a los partidos de oposición, pues por ejemplo, el PRI no ha terminado por ser un verdadero contrapeso como lo prometió Alejandro Moreno Cárdenas, ahí está la firma del Insabi, en donde pidió a todos sus gobernadores le entraran sin poner objeción alguna, no vaya a ser que la misma postura la asuman sus diputados federales y respalden la propuesta de reforma que en este sentido pretende el tabasqueño, quien se dice, ayudó a plancharle el camino a «Alito» desde que el campechano levantó la mano para buscar la dirigencia nacional del tricolor, la que obtuvo después de la farsa de contienda interna que tuvo que librar.

El que tampoco canta mal las rancheras, es Acción Nacional, mismo que en este momento carece de un líder que le permita ser un verdadero contrapeso de la Cuarta Transformación (4T), lo que ha sido aprovechado por quien en este momento despacha en Palacio Nacional, quien incluso se da el lujo de ignorar cualquier crítica o postura que venga de Marko Cortés, y ni que decir del PRD u otros partidos satélites, mismos que han sido testigos de como el lopezobradorismo se ha apoderado de las preferencias electorales en toda la nación, claro con algunas excepciones, no por nada, las encuestas apuntan que en las elecciones del 2021, Morena llevaría mano en la mayoría de los puestos de elección popular que estarán en juego, sin importar que ese partido aún libre una guerra interna que se ha tornado intestina y de la cual, aún se de conocen sus costos.

Por lo anterior, resulta imprescindible que lo poco que queda de oposición no se vea pulverizada con la reducción de sus prerrogativas, lo cual sería un golpe a la democracia, pues los distintos institutos políticos que no promulgan con la 4T estarían al borde de ser parte del anecdotario político y lo poco que quede de ellos, apenas les alcanzará para ser competitivos en algunas entidades, sin embargo, en el contexto nacional sería difícil que se levantarán, pues si Andrés López Obrador encuentra la manera de transmitir su alta aceptación a su partido previo a los comicios que pondrán en juego el control de San Lázaro, será casi menos que imposible arrebatarle la mayoría y lo que le ha permitido que sus iniciativas pasen, casi casi caminando, lo cual no deja de ser preocupante para una democracia que debería tener contrapesos y que en este momento queda claro que ya queda muy poco de ellos.

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