Por: Dionel Sena

Parece que fue ayer, cuando un grupo de regidores del PRI, habían escrito una de las páginas más tristes de una oposición en el cabildo de Durango, fue durante el trienio de José Ramón Enríquez Herrera, en donde los representantes del tricolor, pasaron con más pena que gloria por ese orden de Gobierno, convirtiendose en comparsas de aquella administración a la que por cierto, nunca cuestionaron; bueno pues ahora parece que ese mismo papel, lo ha replicado la fracción de regidores del PT, mismos que hoy más que nunca, se han convertido en una oposición ramplona y populista, con más ocurrencias que buenas ideas, lo cual les ha valido cualquier cantidad de críticas no sólo de regidores y directores, sino también de la sociedad en general.

La última de sus ocurrencias, fue quizá la inmisericorde plantación de árboles por toda la ciudad, incluso en zonas donde no hay sistema de riego o a muy poca distancia entre un árbol y el otro, lo que inevitablemente los llevará a la muerte y entonces si, echarle la culpa a las autoridades en turno, afirmando que la presente Administración municipal, es insensible y deja morir las áreas verdes de la ciudad, lo que es casi seguro sea lo que están buscando, el problema es que hoy en día difícilmente alguien pensante se traga ese tipo de estrategias, por lo que es casi un hecho que dicha «idea» les terminará jugando en contra.

Apenas la semana pasada Francisco Franco, el actual director de Medio Ambiente Municipal, invitó a Primitivo Ríos y a su compañera Regidora, a revisar el plan anual de trabajo de esa dependencia, en la idea de saber a detalle, lo que en materia de reforestación se está haciendo, pues quedó ya claro que no pueden plantar árboles donde se les pegue la gana; al mismo sentir se sumó la regidora Gabriela Vázquez Chacón, la cual sin pelos en la lengua, les pidió dejar atrás esas posturas populistas del siglo pasado, pues hoy lo que los duranguenses quieren son resultados y ese tipo de conflictos -sin sentido-, en definitiva que lo único que hacen es acrecentar el desencanto de la gente, misma que aún tiene grandes expectativas no solo de quienes gobiernan el municipio, sino también de quienes se presumen como oposición.

Si a todo lo anterior se le añade su postura obtusa de no permitir la apertura de la calle Marmol o su actitud populista de renunciar a una parte de su sueldo, el cual por cierto, no desquitan, al no ejercer su labor en las comisiones que les fueron conferidas, entonces lo más seguro, es que terminarán haciendo uno de los papeles más tristes para una oposición municipal y quienes se los harán pagar, serán justamente los ciudadanos en las elecciones venideras, pues los resultados entregados hasta ahora en definitiva que dejan mucho que desear, ya se verá al final del trienio como les fue, aunque el augurio no es el mejor y las próximas elecciones ya están a la vuelta de la esquina.

Twitter: @dionelsena