Por: Dionel Sena

Cuando parecía que lo sabíamos todo en torno a la supercarretera Durango-Mazatlán, la realidad que se está viviendo es mucho peor de lo que se tuvo en antaño, pues hoy en día es una rúa casi completamente abandonada, salvo por el personal de Capufe que trabaja en cada una de las casetas de cobro, sin embargo, fuera de ahí hay muy poca vigilancia, al grado que la semana pasada asaltaron la caseta de Coscomate y los delincuentes se marcharon con total impunidad, lo cual llama la atención, pues sí hay presencia de patrullas de la Policía Federal, pero al parecer los amantes de lo ajeno midieron bien sus rutinas y decidieron llevar a efecto ese atraco, del cual, hasta ahora, no se tienen más datos, más allá del monto y el modus operandi que se empleó, lo cual no deja de ser preocupante, pues no hace mucho esa carretera estuvo catalogada como una de las más seguras de todo el país.

Para colmo de males, los baches -principalmente del lado de Sinaloa- están a la orden del día, algunos de los cuales se ve que tienen ya mucho tiempo ahí, síntoma inequívoco de que desde hace varias semanas no se les da el mantenimiento requerido; del lado del vecino estado es donde el pavimento luce más lastimado, pues hay baches que pueden llegar a provocar accidentes por el grado de afectación que presentan, y los cuales no se pueden percibir a la distancia, por lo que los automovilistas ya no pueden evitarlos cuando están a unos metros de distancia, la interrogante es… ¿Por qué está tan abandonada esta supercarretera?, pues el cobro por transitarla sigue siendo el mismo de antes, que por cierto, es uno de los más elevados de todo el país, pues a pesar de los esfuerzos que distintos sectores han hecho por que bajen esas tarifas, el Gobierno federal no ha mostrado el menor interés de intervenir a ese respecto.

Otro indicador que demuestra el grado de abandono que sufre esta rúa en la actualidad es el hecho de ver que todos los baños públicos, que supuestamente tienen derecho a usar los automovilistas que la transitan, no están operando, lo que provoca que los mismos usuarios tengan que utilizar la parte posterior de los sanitarios cerrados para hacer sus necesidades, lo que genera olores nauseabundos para quienes se aventuran a bajarse de sus vehículos y buscar alguna alternativa para ello, un tema insalubre que nadie está atendiendo y que ha generado miles de molestias, por quienes, ya sea por placer, trabajo o negocios, deben pasar a diario por esta lastimada carretera, la cual sigue siendo uno de los grandes pendientes del Gobierno federal desde su construcción, pues sigue en pésimas condiciones, y además es una de las más caras de toda América Latina.

Es en este tipo de casos se esperan posicionamientos de nuestros legisladores locales y federales, mismos que son de los pocos interlocutores que podrían alzar la voz y pedirle a Capufe se detenga dicho abandono, ya que más allá que se sabe que los recortes presupuestales de la “4T” también alcanzaron a Caminos y Puentes Federales y que sin duda alguna conllevaron a las medidas antes denunciadas que tienen a la supercarretera referida en lo que quizá es el peor abandono de su historia, más allá de derrumbes, deslaves, accidentes y tomas de caseta, por las que ha tenido que pasar desde que se construyó, es una carretera de cuota muy importante para Durango y para todo el corredor económico del norte, por lo que si el tema no se atiende a la brevedad, las consecuencias podrían ser muy costosas para todos.

Al tiempo… 

Twitter: @dionelsena