Por: Dionel Sena

A inicios de este mes, la Auditoría Superior de la Federación hizo público el desaseo administrativo que impera en al menos cuatro universidades públicas del país, por el orden de los nueve mil 800 millones de pesos, relación en que aparece ni más ni menos que la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), misma que al parecer, no ha podido comprobar las transferencias que se hicieron del orden de los mil 078 millones de pesos para el pago de nómina, monto que no coincide con lo presentado en las bases de nóminas y tampoco con el registro de pagos en el rubro de servicios personales, un tema que va a requerir de una investigación a fondo y que no bastará una declaración de negación para que se le dé carpetazo al caso y eso lo debe saber Rubén Solís Ríos y su equipo de trabajo.

Es innegable que sí hay algo que no se puede permitir la máxima casa de estudios, es la opacidad administrativa, pues fue una de las banderas del hoy rector cuando pidió, no hace mucho tiempo, el voto de los universitarios, por lo que este tema debe quedar lo más claro posible, pues dicha Auditoria encontró detalles como la contratación de personal que no acredita el perfil académico, recursos no entregados a los ejecutores, sin obviar los pagos al personal de honorarios sin tener evidencia de los contratos que amparen la relación laboral, además de que existe el rumor de que hay demasiados aviadores en la UJED, lo que se supone se terminaría con la llegada de esta administración, lo que se asegura en pasillos de esa universidad, no ha ocurrido.

Claro que a partir de la publicación de esta información, Rubén Solís Ríos estaba obligado a salir al paso y emitir una postura al respecto, ante lo cual desmintió que exista desfalco o desvío de recursos y que incluso, la Auditoria Superior de la Federación no les ha pedido regresar algún monto de recursos públicos ni mucho menos, más allá de que fueron auditores de esa instancia quienes estuvieron en Durango el año pasado y se les entregó toda la información requerida, por lo que no pareciera haber una explicación lógica de donde encontraron dichas inconsistencias como para poner a la máxima casa de estudios como una de las cuatro universidades públicas con mayor número de observaciones en el manejo administrativo, lo que no deja de ser un raspón a la rectoría y a su equipo de trabajo más cercano hasta que el tema se aclare de manera mucho más contundente.

Hasta donde se sabe, la UJED habría recibido en su último presupuesto algo así como mil 350 millones de pesos, pero según los números, el recurso ejercido ascendió a los mil 600 millones de pesos, es decir, se sugiere que se gastó el dinero enviado por parte de la Federación en nómina y prestaciones a cada uno de los trabajadores, pero además, se hizo uso de 300 millones de un subsidio estatal, por lo que no queda claro, el por qué se están reportando dos cantidades distintas; además de manera anónima se asegura que algunos directores están asignando a sus amigos más cercanos obviando a los profesores de tiempo completo y ello sin contar con la contratación indiscriminada de asesores de las diferentes oficinas centrales y en las compensaciones fuera de nómina a funcionarios universitarios, es aquí donde pudieran existir muchas de las respuestas que se buscan, solo es cuestión de escarbarle poquito.

Twitter: @dionelsena