Por: Dionel Sena

Casualmente, y después de que el periódico El Financiero difundiera una encuesta, en donde señalaba que el partido Morena, había perdido 15 puntos porcentuales en las preferencias electorales de enero a la fecha, el presidente Andrés Manuel López Obrador, le dijo a sus detractores que los retaba a adelantar la Revocación de Mandato, el mismo día que se celebren los comicios del 2021, pues a decir del tabasqueño, esa será la única manera de saber si realmente los mexicanos aún lo quieren al frente de la máxima magistratura de este país o ya no, aunque al mismo tiempo, esto le ayudaría enormemente a sus candidatos a buscar emular los resultados del 2018, cuando obtuvo la mayoría en la Cámara baja.

A decir de la medición referida, el Partido Acción Nacional (PAN), tendría un 10 por ciento de las preferencias electorales, por un 8 por ciento del Revolucionario Institucional (PRI), por lo que si la encuesta tiene un bajo margen de error, entonces ambos partidos podrían igualar el capital político de Morena que es de un 18 por ciento, preferencias que distan mucho de la popularidad de López Obrador, quien si bien ha venido a la baja en las últimas semanas en la aceptación ciudadana, es innegable que aún está muy encima de su partido y que sigue siendo, el principal referente de ese instituto político que sirvió de vehículo para llevarlo a Palacio Nacional en el 2018, sin embargo, hasta ahora, se sabe que serán sus abanderados quienes vayan solos en los comicios del año entrante, lo que los deja algo descobijados y eso, lo sabe el tres veces candidato presidencial.

Quizá es por lo anterior que el mismísimo Presidente ha retado a sus adversarios políticos, a que le permitan adelantar la Revocación de Mandato para el 2021 y no para inicios del 2022 como originalmente se había aprobado, lo que está claro, no permitirán los partidos de oposición, incluso desde el Senado de la República, Ricardo Monreal le mandó un mensaje contundente al tabasqueño, de que la cámara alta no se iba a prestar a esos juegos de oportunismo político, pues en este momento, hay otros temas de mayor urgencia para el país, como es la propagación del coronavirus Covid-19; lo más seguro, es que se mantenga la fecha original pactada cuando los mexicanos deberán decidir si el Presidente dimite al cargo o no, lo que está claro no va a ocurrir, salvo que se comerán yerros aún más grandes que los que hasta el momento se han cometido.

Sin saber a ciencia cierta qué tan cerca esté dicha medición del ánimo social del pueblo de México, es lógico pensar que, hay quienes votaron por Morena que en este momento, están reflexionando su voto para el corto plazo, por lo que no sería descabellado que en lugar de que esos votos se vayan a partidos de oposición como el PAN y el PRI, o en su defecto a las fuerzas políticas emergentes, como las que van a encabezar un Pedro Haces Barba, Felipe Calderón o Elba Esther Gordillo, dichos sufragios terminen por no contabilizarse el día de la elección, pues el desánimo de la gente es mucho y eso podría traer consigo un alto porcentaje de abstencionismo, que al tener el control de los dineros públicos, le otorga cierta ventaja al partido del Presidente, sin que ello sea algo definitorio.

Twitter: @dionelsena