Por: Dionel Sena

Cuando parecía que el partido que lo ganó todo en el 2018 podía retomar el camino -después del descalabro del pasado 2 de junio-, todo parece indicar que Morena no quiere aprender de sus errores, y hoy los duranguenses podríamos ser testigos de ello, pues la división y las venganzas intenstinas que se vieron en el proceso electoral pasado han regresado, lo que no es el mejor augurio previo a la celebración de las cuatro asambleas distritales, de las que -en teoría- deberían surgir los 40 hombres y mujeres que tomarán las decisiones más importantes de un instituto político que si no hace las cosas bien, pudiera replicar el mensaje que le mandó el electorado este mismo año, es decir, hacer otro papelón en las urnas, uno de los grandes costos de que ese partido se haya convertido en una “Torre de Babel” y en el que todos hablan “idiomas” absolutamente distintos.

Quizá uno de los grandes responsables de la debacle electoral de Morena en los últimos comicios es Armando Navarro, quien regresó a la escena pública para anunciar -junto a Silvestre Flores de Los Santos- que varios morenistas seguían sancionados, y por ese motivo no podían votar ni ser votados este sábado en las asambleas distritales, nombres como el de Rosendo Salgado (secretario de Organización), Carlos Medina, Iván Ramírez Maldonado y Enrique Novelo, surgieron en la rueda de prensa que este viernes se ofreció en esta capital, el motivo, el haber simulado asambleas hace cuatro años, incluso se mencionó que esos cuatro personajes, junto con otros seis -de menor relevancia-, prácticamente ya estaban fuera del partido, lo que sin duda alguna provocará que los ánimos y el ambiente al interior de ese instituto político se crispen aún más.

No sería raro que hoy varias de las asambleas a las cuales se están convocando sean reventadas, tal y como ocurrió con el registro de los precandidatos morenistas en la interna del proceso electoral pasado, mismo que sirvió para dos cosas, pues al final fue otra instancia la que decidió las candidaturas y el resultado ya lo conocemos todos, es decir, sólo ganaron dos alcaldías de las 39 que estuvieron en juego, por lo que seguramente para algunos morenistas es difícil ver el regreso del delegado con funciones de presidente y con un nombramiento sumamente cuestionando, el volver como el “hijo pródigo”, cuando fue él uno de los grandes responsables del resultado al cual se hace referencia, incluso pase lo que pase, hoy con las asambleas los días de Armando Navarro estarían contados, pues terminaría antes que acabe el año con su responsabilidad en el partido, entregando resultados sumamente debatibles.

Cabe también la posibilidad que, al no ponerse de acuerdo los morenistas o sacar un Consejo Estatal carente de legitimidad, sea el próximo presidente nacional el que nombre a quien dirigirá los destinos de Morena en Durango, lo que en definitiva no suena para nada descabellado, y que para muchos sería lo más recomendable y sano, pues está claro que la diferencia de opiniones y la guerra de intereses que todos conocemos, podría llevar a ese instituto político a terminar por desmoronarse, lo que ocurriría justo a un año de que inicie el próximo proceso electoral, en el cual se elegirán cuatro diputados federales y los 25 legisladores locales, lo que en definitiva no es un tema menor, aunque está claro que hay aún personajes que no han entendido que lo más importante debería ser el partido, y por ello el augurio de que repitan lo que hicieron en el 2018 sigue siendo muy lejano.

Al tiempo…

Twitter: @dionelsena