Por: Dionel Sena

A nivel nacional se libra una guerra encarnizada entre Ivonne Ortega y Alejandro Cardenas Moreno, los cuales buscan a cómo dé lugar quedarse con la presidencia nacional del PRI, para lo cual deberán convencer a miles de priistas en todo el país de que su proyecto es el mejor, principalmente por la realidad que está viviendo ese instituto político, pues por un lado no les ha caído el viente de que son oposición, y por otra tratan de convertirse en el partido satélite de Palacio Nacional, de ahí la teoría de que ambas propuestas representan escenarios absolutamente diferentes, sin embargo, no es ningún secreto que hay estados que difícilmente provocarán una diferencia en las urnas el día de las elecciones tricolores, y uno de ellos es justamente Durango, por lo que aquí se haga poco o nada impactará en el resultado final y eso lo saben hasta quienes militan ahí, no por nada ninguno de los candidatos se ha parado aún por acá.

Lo anterior viene a colación por el esfuerzo que algunos personajes priistas locales están tratando de hacer en este estado por pelearse la representación de uno u otro aspirante, mismos que, por cierto, a la fecha no han tenido la menor intención de venir a Durango, indicativo claro de que poco o nada les importa lo que pase aquí, pues si en lo nacional esta entidad apenas representa el 1.7 por ciento del padrón electoral total, seguramente que por esos mismos porcentajes debe andar el padrón de tricolores en esa misma proporción, por lo que no les extrañe que más allá de lo que digan Jesús Diez y Arturo Yáñez Cuéllar (dos de los coordinadores de los aspirantes), lo más seguro es que ni «Alito» ni la exgobernadora de Yucatán se tomen la molestia de venir a este estado durante este proceso interno, mismo que dicho sea de paso, todo parece indicar que tiene los dados muy cargados. 

De hecho -salvo algunas excepciones- se tiene la percepción que la mayor parte de la militancia priista no se ha involucrado en ese tema, pues saben que por la realidad que enfrentan, poco o nada impactará quién llegue a la dirigencia nacional al priismo duranguense, el cual aún sigue reacomodandose después que tras los comicios del 2 de junio se convirtió de la noche a la mañana en la segunda fuerza política en el estado, ganando 16 de las 39 alcaldías que estuvieron en juego, con un esfuerzo netamente local y apostando a los hombres y mujeres que estaban mejor posicionados de cada uno de los municipios, una función en la que en mucho tuvieron que ver el presidente estatal, Luis Enrique Benítez Ojeda, y Roberto Padilla Márquez, el cual fungió en el proceso electoral pasado como delegado nacional en Durango.

Ya se verá por quién se decantan los priistas de esta entidad el día de los comicios tricolores, es decir, si le apuestan a la subordinación de Moreno Cárdenas a Palacio Nacional, o por Ivonne Ortega, la misma que hace no mucho dejó a una buena cantidad de tricolores embarcados mientras ella amarraba una «pluri» en el Senado de la República, cuando pretendió ser aspirante a Los Pinos, la cual por cierto no alcanzó, dos personales que por lo que dicen los militantes de toda la vida, no alcanzarán a prestigiar al Revolucionario Institucional, lo que lo aleja cada vez más de poder construir un proyecto que les permita regresar en el mediano plazo a la Presidencia de la República, aunque claro, quienes apoyan a uno y a otro lo van a negar, pues se debe entender que hay muchos intereses de por medio, por lo que el generar una percepción favorable quizá les alcance para cada uno de sus objetivos, pues el transitar en los años subsecuentes, es realmente el objetivo principal de cada uno de ellos… Y eso no es ningún secreto.

Twitter: @dionelsena