Por: Dionel Sena

Tal y como lo adelantamos en este espacio editorial, este martes el gobernador José Aispuro Torres hizo oficial que Durango se mantendría en semáforo rojo al menos por una semana más, ello luego de que el Consejo Estatal de Seguridad en Salud confirmara que no había condiciones para cambiar el color del semáforo epidemiológico ante la persistente confirmación de miles de casos en los últimos días que no han logrado oxigenar las clínicas y hospitales destinados para la atención de enfermos con COVID-19, por lo que las medidas de restricción se ampliarán una semana más, pues solo así se logrará controlar un fenómeno que se había salido de control, en mucho, gracias a la desobediencia ciudadana que no pareciera entender la realidad que estamos viviendo, de ahí que la medida que se está adoptando sea la apropiada en estos momentos para lograr salir un poco de esa situación sanitaria.

Por lo anterior, está claro que Durango se mantendrá sin venta de alcohol, con el cierre de actividades no esenciales y además, con la suspensión del servicio del transporte público los fines de semana, una medida que sin duda generó incomodidad, pero al mismo tiempo restringió la movilidad, a tal grado de que Durango pasó de ser uno de los estados con mayor movilidad en todo el país a una de cinco entidades con menor movilidad, lo que no deja de ser un logro significativo para como estaban las cosas, aún y con las presiones de distintos grupos empresariales que no se han podido ver beneficiados con el Buen Fin, pues es indudable que en este momento lo más importante es la salud y es lo que se está priorizando, de ahí que varios sectores estén apoyando esta postura que se tomó de mantener el semáforo rojo por unos días más y a consideración de que si una vez transcurrido ese tiempo, hay condiciones de ir valorando la reactivación de algunas actividades no esenciales.

Se debe aclarar que gracias a que se tomó la determinación desde el pasado 3 de noviembre de declarar a Durango en ese color de semáforo epidemiológico, se logró reducir hasta en un 34 por ciento el número de contagios como se venían presentando en semanas anteriores a esa fecha, es decir, se lograron evitar alrededor de mil contagios durante esas dos semanas, pues incluso el número de pacientes recuperados de igual manera es bastante significativo aunque no como para levantar dichas medidas, es decir, aún falta mucho por hacer, pero el camino es el correcto, sino se quiere tener un fin de año en Durango caótico y al borde del colapso si no se tomaban medidas semejantes, mismas que como ya se explicó, deberán mantenerse y ver si la disminución de casos llega a ser consistente, caso contrario, el semáforo rojo persistirá por varias semanas más, así que está en nosotros como ciudadanía el evitar que eso pase.

Es de resaltar que el aumentar el número de pruebas PCR para los 39 municipios, monitorear aquellas zonas consideradas de mayor contagio y hacerlas del conocimiento público de la ciudadanía y la dispersión de brigadas de desinfección, son medidas también muy necesarias que deberán dar resultados en el corto plazo, al igual que la instalación de puestos de control sanitario en los accesos a las principales ciudades del estado, centrales de autobuses y aeropuerto, pues no es ningún secreto que muchos duranguenses se han contagiado fuera del estado y es algo que se está tratando de frenar en la medida de lo posible, solo así se logrará cambiar pronto de color de semáforo epidemiológico, sin embargo, la apertura de negocios no esenciales será paulatina, valorando que según la Organización Mundial de la Salud, nuestro país estaría a unas semanas de formar parte de una segunda ola de contagios y de ser así, nuestras entidad tarde que temprano también se verá afectada, por más que estas medidas se sigan aplicando, un detalle que de ninguna manera se puede pasar por alto y del que todos debemos estar enterados.

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