Por: Dionel Sena

Durango entró en una reflexión profunda a partir de que alguien, filtró en redes sociales, documentos que dejaban entrever la posibilidad de que en el estado se aplicará un toque de queda para evitar la propagación del COVID-19, tema que puso los pelos de punta a más de uno, pues ello, restringiría la libre circulación de los duranguenses como hasta ahora se ha hecho, a pesar de las recomendaciones por la contingencia sanitaria que se han difundido hasta el cansancio y que lamentablemente, muchos ciudadanos no han acatado, exponiéndose así a un riesgo de contagio y sin tomar en cuenta, lo que ha pasado en otros países, cuando sus autoridades dejaron al libre albedrío la decisión de cuidarse a sus ciudadanos, con resultados que en este momento aún lamentan.
Durango, si bien es cierto, es una de las entidades que ya registran defunciones por el Coronavirus y que fue un caso importado, es una realidad que las autoridades estatales, están haciendo todo lo posible por evitar la propagación del virus, tal es así que adelantaron el periodo vacacional de Semana Santa, inauguraron la modalidad de trabajo desde casa de muchas oficinas del Gobierno estatal, para proteger a adultos mayores y personas vulnerables de salud, sin obviar que, han destinado importante cantidad de recursos para reforzar hospitales y centros de salud, para atender todos los casos que pudieran llegar a surgir del Covid-19, ahí está el ejemplo de la próxima apertura del nuevo Hospital General de Gómez Palacio y la habilitación de un piso más del Hospital General 450 para reforzar la atención de la pandemia.
Sin embargo, todo lo anterior de nada servirá, si como sociedad, no somos conscientes de lo que nos toca hacer, es decir, atender las recomendaciones de quedarnos en casa; en la medida de lo posible, hacer “home office”, cuidar a nuestros adultos mayores y niños menores de cinco años, de un posible contagio que para ellos pudiera resultar letal; reforzar nuestras medidas de higiene y no tomar esta extensión de Semana Santa como un período vacacional, porque en los hechos no lo es, pues se trata de una medida de la autoridad, para que la mayoría de las familias no estén expuestas a la propagación del coronavirus que ha cobrado la vida de miles de personas en el mundo.
Por lo anterior, no suena tan descabellado que en un momento dado, nuestras autoridades puedan llegar a valorar el decretar un toque de queda en Durango, que no es otra cosa, que limitar la libre circulación por las calles y la prohibición de estar en espacios públicos, en la idea de resguardar a los ciudadanos de posibles riesgos sanitarios o minimizar posibles disturbios o enfrentamientos, como lo que ya está ocurriendo en otros estados con la rapiña a centros comerciales; por ahora, fue el propio gobernador José Aispuro Torres, quien negó la medida en estos momentos, aunque no sería descabellado pensar en ello más adelante, si los duranguenses seguimos exponiéndonos como lo hemos venido haciendo hasta hoy.
Por cierto, aún no se sabe quién filtró el rumor del posible toque de queda en Durango, pero es indudable que terminó generando temor en la ciudadanía, lo cual no deja de ser absolutamente irresponsable, pues es lo que menos se quiere en estos momentos, cuando la contingencia en el estado está a punto de pasar a la Fase 2… Muy mal quien lo haya hecho.

Twitter: @dionelsena