Por: Dionel Sena

Después que el alcalde Jorge Salum del Palacio reconociera que uno de los distintivos de su Gobierno será la política ambiental, automáticamente cobra mayor relevancia la labor que desarrolle Pancho Franco al frente de la Dirección Municipal de Medio Ambiente, pues será justamente él quien cargue con las decisiones gubernamentales del Presidente municipal en este rubro, mismo que ya ha tomado decisiones importantes en ese renglón, por ejemplo, el rescate de los parques Guadiana y Sahuatoba, que incluso se convirtieron en una promesa de campaña para quien ganó las elevaciones del pasado 2 de junio, al grado que una de sus primeras acciones de Gobierno fue cerrar definitivamente el restaurante que les heredó la administración anterior, lo que dicho sea de paso, fue bien visto por la mayor parte de las asociaciones de deportistas que día a día se congregan en esos pulmones de la ciudad.

Otra de las decisiones que seguramente pronto tomará el Alcalde será el reducir los índices contaminantes que generan las ladrilleras, mismas que pocos lo saben, pero no es el principal factor de contaminación, como sí lo hacen algunas empresas, o incluso los miles de vehículos que circulan a diario en el Valle del Guadiana, sin embargo, ya estrategias anteriores de Gobiernos pasados en ese mismo rubro han fracasado, basta recordar aquel programa que incluía indemnizar a los dueños de esos obradores con hasta 25 mil pesos para que cambiaran de giro, el cual no terminó por solucionar el problema, pues tomaban el dinero y después alguien cercano -familiares- lo abrían una vez más y se terminó convirtiendo en un círculo vicioso, algo que seguramente tendrá en la memoria el titular de la Dirección de Medio Ambiente, es decir, para no cometer los mismos errores que en el pasado, lo cual, a estas alturas y con el nivel de conocimiento que él tiene, sería inadmisible, por ello no creemos que se las vuelvan a aplicar.

Para que las cosas funcionen en materia de supervisión ambiental, se requiere darle “dientes” al departamento de Inspectores Ambientales, los cuales serían los facultados para combatir la contaminación ambiental, que es uno de los principales problemas de contaminación auditiva que vive la ciudad capital, y que se ve traducido en el número de quejas ciudadanas que llegan al Juzgado Administrativo; ni qué decir de la contaminación en el río La Sauceda que de igual manera requiere de una investigación a fondo, pues ya se han documentado ahí, en los últimos meses, al menos dos casos de peces muertos que a la fecha no se ha sabido la causa, lo que implicará supervisar las descargas que en esos arroyos hacen los poblados aledaños a la ciudad de Durango, que pareciera ser el verdadero problema de este asunto.

Otro de los pendientes en materia de medio ambiente será meterle mano al tema del relleno sanitario, mismo que presenta algunas inconsistencias en su tratamiento, por ejemplo, un uso adecuado y una correcta planeación de los sitios en los que deben hacer las descargas los camiones recolectores de basura, tema que no es menor y que al tratarse de un sitio a cielo abierto, de darle largas al asunto bien pudiera terminar siendo un dolor de cabeza para esta administración municipal, por ello pareciera impostergable revisar quién opera dicha concesión y de no tener una estrategia de contingencia, entonces valorar quién pudiera entrarle al quite, pues representa un factor de contaminación serio y delicado que en el corto y mediano plazo bien pudiera terminar convirtiéndose en una “bomba” de tiempo que tarde o temprano estallará, y no vaya a ser el diablo que le toque a este trienio, de ahí la imperiosa necesidad de no darle más largas a este pendiente que, obligatoriamente, pasará por la oficina de Pancho Franco, de ahí la teoría de que por él pasarán las políticas ambientales de Jorge Salum, lo que conllevará una especial responsabilidad y dependiendo de cómo le vaya, se sabrá que le depara el futuro.

Al tiempo…

Twitter: @dionelsena