Por: Dionel Sena

El presidente Andrés Manuel López Obrador enviará mañana al Congreso de la Unión la Ley de Amnistía, buscando que se haga justicia en aquellas personas que no tienen recursos para defenderse y purgan penas por delitos que nunca se les comprobó que cometieron, muchos de ellos por acciones menores, ahí está el caso de miles de indígenas que por una dificultad del idioma, no tienen traductores apropiados y deben pasar tiempo en prisión antes que se demuestre su inocencia, que si bien no es el grueso de la población, es hora que nuestros legisladores le entren al tema y al parecer así lo entiende de la misma manera quien despacha en Palacio Nacional.

Se debe aclarar que aunque se trata de un acto de justicia para los hombres y mujeres que siguen presos por delitos que no deberían ameritar su detención, es una realidad inobjetable de que el tema ahora está en la cancha de los diputados federales, mismos que en los últimos días han estado más metidos en grillas y peleas por las coordinaciones parlamentarias, por lo que será clave el consenso para que al tema se le dé celeridad y no lo manden al final del periodo legislativo, pues si la iniciativa es aprobada, miles de personas saldrían en libertad y podrían retomar sus vidas de manera normal y regresar con sus familias, algo de lo que seguramente muy pocos se opondrían, por ello lo importante de que lo suban a la agenda, lo discutan y en su caso lo aprueben, pues en este tipo de casos entre más pase el tiempo, más injusticias se cometerán en las prisiones de este país.

Uno de los hechos que mejor pudieran ejemplificar las complejidades antes descritas, son los miles de casos qué hay en México de aquellas personas que bajo la presión o extorsión de grupos criminales, se han visto obligados ha transportar pequeñas cantidades de droga y que al ser detenidas, por no tener los recursos económicos para pagarse un proceso jurídico a la altura, terminan purgando penas injustas y que con el paso de los años se vuelve un problema social, pues más allá de la saturación de presos en los distintos centros penitenciarios del país, es una realidad que terminan dejando en el desamparo a sus familias, mismas que deben encontrar los mecanismos de subsistencia, lo que a la postre trae por ejemplo el que sus hijos tengan que dejar la escuela y ponerse a trabajar, y ni qué decir del cónyuge que a veces tiene que trabajar en más de una fuente laboral, dejando a sus hijos solos en casa, lo cual no deja de ser riesgoso en estas épocas tan convulsas que vive el país en materia de inseguridad.

Por otra parte, se estima que hay en este país unos siete mil indígenas que están presos, uno de los motivos de ese fenómeno es que sólo hay 25 traductores de las distintas lenguas y dialectos que ellos hablan, lo que dificulta enormemente que los casos sean tratados con la prontitud debida ante las instancias correspondientes, rezago que ha abultado este universo de personas representativas de esas etnias, que una buena parte de ellos no tienen la menor idea del porqué fueron detenidos y al no tener cómo defenderse, lo más sencillo para la autoridad es dejarlos detenidos, un tema muy delicado también y al cual se le debe dar el tratamiento debido, esperemos entonces que la iniciativa pase lo más pronto posible, se turne a la comisión respectiva y sea sometida ante el pleno, a ver quién es el “valiente” que se atreve a votarla en contra y no menos importante, cómo argumenta su negativa.

Twitter: @dionelsena