Por: Dionel Sena

La situación jurídica de Rosario Robles Berlanga no podría ser más complicada, pues además de estar vinculada a proceso y en prisión preventiva en el penal de Santa Martha Acatitla, ahora también se ha quedado sin defensa legal, luego de hablar con sus abogados del prestigiado bufete Oléa & Oléa y comentarles que no tenía los recursos para costear semejantes gastos, por lo que el propio despacho, a través de un comunicado, anunció el fin de su relación profesional con la exsecretaria de Desarrollo Social, lo que la deja más sola que nunca, pues el que fuera su jefe, Enrique Peña Nieto, no pareciera querer saber nada de ella y mucho menos salvarla, por lo que por ahora, todo indica que será quien cargue con los platos rotos del anterior sexenio, pues hasta José Antonio Meade luce “blindado” a pesar que se había anunciado que también sería investigado.

Es casi un hecho que doña Rosario invirtió gran parte de sus “ahorros” en ese despacho de abogados, pensando que en un inicio le ayudarían a evitar ir a la cárcel, lo que queda claro no ocurrió, pues el juez que lleva el caso, Felipe de Jesús Delgadillo Padierna -sobrino de Dolores Padierna-, le dictó la prisión preventiva argumentando que podía evadir la acción de la justicia en un momento dado, más allá de que la propia implicada en reiteradas ocasiones dijo que no tenía el dinero para irse a Canadá, sin embargo, bastó un detalle con uno de sus domicilios para darle el pretexto perfecto y dejarla en la cárcel, lo que para muchos fue una ilegalidad y aún así su decisión no cambió, indicativo de que se trata de una cuestión política, más allá de que Robles Berlanga pudiera resultar culpable o no de los delitos que se le imputan.

El escenario no podría ser más complejo para una de las mujeres más poderosas de la era peñista, quien por algo habría solicitado el poder acceder a sus cuentas bancarias, mismas que Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público recomendó bloquear, lo que se hizo y es quizá ahí donde radica la falta de capital de doña Rosario, misma que no encuentra la salida y qué ahora deberá esperar a que otros defensores sean nombrados, pues se dice que sólo por la representación inicial, Oléa & Oléa debió cobrar algo así como dos millones de dólares, como mínimo, por lo que en ese momento no se dudó que la implicada pudiera pagar, sin embargo la decisión del juez, el que hayan congelado sus cuentas bancarias y que el tema se haya politizado por completo, cambió de manera exponencial el caso, mismo que mantiene en vilo a muchos, en especial a quienes trabajaron en el sexenio anterior.

Habrá que ver en qué termina la telenovela de Rosario Robles, la cual sí se ha convertido hasta ahora en el “chivo expiatorio” de la administración de Enrique Peña Nieto, por lo de la «Estafa Maestra», cuando se sabe que más de un secretario de aquel entonces debió conocer lo que estaba pasando, incluido el expresidente, mismo que ya puso un océano de por medio, y de plano se fue a vivir si idilio amoroso a tierras ibéricas, en un autoexilio que ayudó a calmar los ánimos de su desfachatez, la cual ya empezaba a calar hondo en Palacio Nacional, por lo que no se descarta que desde ahí mismo le hayan pedido mesura para despertar el acuerdo que tanto se niega, pero que conforme avanzan distintos casos pareciera que a Peña Nieto no lo tocarán ni con el pétalo de una rosa, lo que conllevará a que otros sean los sacrificados.

Al tiempo…

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