Por: Dionel Sena

Finalmente ocurrió lo que tanto temían los laguneros que viven en Gómez Palacio y Lerdo, pues esta semana el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, tomó la decisión que el proyecto del metrobús del lado de Durango no se llevaría a cabo, noticia que ofrece varias lecturas, la primera, que triunfaron los intereses oscuros que aprovecharon la última visita presidencial a aquella región del estado para echar abajo dicha obra, al grado que llevaron al tabasqueño a hacer una encuesta «gansito» a través de la cual se determinó la suspensión de uno de los proyectos en materia de conectividad y transporte urbano, más importantes en décadas tanto para esta entidad como para Coahuila.

A pesar de los intentos de los gobernadores José Aispuro Torres y Miguel Ángel Riquelme por buscar que dicha suspensión se replanteará y a lo que le entró también la Conago, al final el titular del Ejecutivo federal, sin decir «agua va», decidió que la obra no iba más sin dar muchas explicaciones al respecto, lo que fue aprovechado para ser festinado por algunos morenistas que no querían dicha inversión, tal es el caso de Armando Navarro, el delegado con funciones de presidente de Morena, quien ayer aseguró que dichos recursos serían ahora canalizados para potabilizar la presa Francisco Zarco, lo que para expertos en la materia es absolutamente inviable, pues no se puede asegurar que en los próximos años las lluvias continuarán con esa regularidad, por lo que la inversión pudiera ser dinero tirado a la basura.

La decisión de Palacio Nacional fue lapidaria para quienes llevan años luchando por la modernización del transporte público en La Laguna de Durango, pues el metrobús representaba dejar atrás aquellas viejas unidades que además de representar un grave foco de contaminación para la Comarca Lagunera, al mismo tiempo es un triunfo para los concesionarios que nunca quisieron al metrobús, y trunca el proyecto que se inició del lado de Torreón y que abarcaría de igual manera a Matamoros, por lo que el futuro en materia del transporte para esa zona de la entidad dista mucho de ser alagueño, pues el estancamiento en la materia parecer ser que se prolongará por varios años más y en detrimento para esta entidad.

Sin duda que lo antes referido marca un precedente que tendrá nerviosos a más de un gobernador, pues en cada gira presidencial temblarán por que sus proyectos no sean bajados a partir de consultas a mano alzada, como ocurrió en Gómez Palacio con el caso referido, pues incluso se esperaba que el Presidente replanteara su decisión, lo que en definitiva no ocurrió, indicativo  que a partir de la fecha, por más sustentada que esté una obra o proyecto, bastará una ola de facinerosos para que los mismos sean desacreditados y a la postre no aprobados, lo más lamentable es que seguramente se hará a través de una encuesta «gansito», que es lo que mayor desaliento genera.

Twitter: @dionelsena