Por: Dionel Sena

Cuando parecía que el PRI dejaría atrás sus malas prácticas que entre otras cosas, lo mandaron a la posición política que ahora tiene en lo nacional, pues ayer mismo José Narró Robles, quien se mantenía en la carrera para convertirse en el nuevo presidente nacional del tricolor, decidió bajarse de la contienda, no sin antes denunciar simulación en ese proceso, en el que por cierto, aún quedan Alejandro Moreno Cárdenas («Alito») e Ivonne Ortega, los cuales están decididos a llegar hasta las últimas consecuencias para hacerse de dicha posición en ese instituto político, mismo que no pareciera tener mucho para ofrecer y sin embargo, muchos son los intereses y los grupos que quieren hacerse del control del partido, la pregunta es, ¿por qué?

Con la declinación de Narro Robles, también se va uno de los incómodos al gobierno de la «4T», pues no son ningún secreto las diferencias que hay en los últimos años entre el exrector de la UNAM y el tabasqueño, pues incluso se dice que la encomienda era que fuera el que sea menos José Narro, bueno pues al parecer se le concedió y casi casi sin tener que mover un pelo y además por partida doble, pues el exsecretario de salud no sólo dijo que ya no seguía en la carrera por la presidencia del Revolucionario Institucional, sino también renunciaba a ese partido, en el que militó por 46 años, por lo que algo debe haber ocurrido o de algo debió percatarse para reaccionar de esa manera tan radical.

Es válido recalcar que Narro Robles no se fue solo del PRI, pues también se fue con él Beatriz Pagés, misma que antes de partir no tuvo empacho en afirmar que era inaceptable lo que estaba haciendo ese instituto político de entregarle el partido a Andrés Manuel López Obrador, indicativo de que quizá sea el gobernador de Campeche el que lleve mano por sobre la gobernadora de Yucatán, misma que se asegura en este momento, encabeza las encuestas en todo el país y que si hoy fueran las elecciones, ganaría con un 36.7 por ciento a favor, cifras que por supuesto no parecieran inquietarle a Moreno Cárdenas, mismo que seguramente pedirá el apoyo de los 12 gobernadores tricolores para evitar sorpresas el día de los comicios, pues pareciera que el “dedazo” viene por ese lado y no solamente por quienes controlan a ese partido, sino también hay un enorme y especial interés desde Palacio Nacional por dichos comicios, ¿a qué se deberá?

Aquí en Durango los priistas también están divididos en torno a quién apoyar por la sucesión de Claudia Ruiz Massieu, pues por un lado se puede ver a un Arturo Yáñez Cuéllar muy movido y apoyando con todo al campechano, y por el otro a un Jesús Díez y a Óscar García Barrón -por mencionar algunos-, apoyando el proyecto de Ivonne Ortega, misma que representa el ala contraria al grupo Atlacomulco que manejó al PRI en los últimos años y desde luego, no aceptan la intromisión de intereses ajenos al tricolor, por lo que no se duda que conforme se vaya acercando la fecha de las elecciones referidas, los ánimos se vayan tornando más intensos.

Muchos de los que apoyan a uno u otro aspirante en lo local, sienten que si gana su “gallo” entonces tendrán el camino libre para suceder a Luis Enrique Benítez Ojeda en la dirigencia estatal, al cual le queda aún cuerda al frente de esa responsabilidad y tras los resultados entregados en la última elección, difícilmente alguien podrá moverlo… Al tiempo.

Twitter: @dionelsena