Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Por su personalidad, a Miriam Kaiser, se le conoce como la guerrillera del arte. Esa extraordinaria promotora cultural ha dirigido el museo del Palacio de Bellas Artes, la Sala de Arte Público Siqueiros; ha participado en la Galería de Arte Mexicano e impulsado la creación de museos en diversas regiones del país. Esta fina dama estuvo en Durango durante el pasado mes de enero, su interés por visitar la ciudad, radicaba primordialmente en conocer el museo Francisco Villa. En una parte de la charla con ella, la maestra Kaiser le preguntó al que esto escribe por qué en el festival dedicado a los hermanos Revueltas solo se mencionaba a Rosaura, José, Fermín, y Silvestre, si también Consuelo era Revueltas.

En un abrir y cerrar de ojos me habló de ella y la importancia de su obra. A Consuelo no se le conocía, nunca fue famosa, pues comenzó a pintar en su sexta década de vida, una vez jubilada. Pero lo tomó con mucho entusiasmo, como si quisiera “reponer el tiempo perdido”. Pintó y pintó obras pequeñas, en el estilo conocido como naïf -inocente, costumbrista-. Se trata de pequeños óleos, donde principalmente plasma sus recuerdos. Su memoria comenzó a trabajar exhaustivamente para dejar una huella de lo que había quedado en su mente durante tantos años: su ciudad, su gente, su infancia, los colores, calles, fiestas, casas y plazas de Santiago Papasquiaro.

La obra de Consuelo Revueltas fue conocida y admirada a través de tres exposiciones. Dos en la Casa del Lago, perteneciente a la UNAM, y la otra por sugerencia de la maestra Raquel Tibol en el Palacio de Bellas Artes, precisamente cuando Miriam Kaiser era la directora. Por cierto, en breve saldrá la reedición de un libro sobre “los Revueltas”, compilado por Rosaura producido por el Fondo de Cultura Económica, donde se habla del talento de “Chelo” Revueltas. Rosaura escribe de Consuelo lo siguiente: “Mi hermana Consuelo empezó a pintar muy tarde, a los sesenta años, casualmente, ya que nunca tomó una clase de pintura, ni era asidua visitante de galerías de arte.

Cansada de escribir cuentos, corridos y calaveras que nadie se interesaba por leer, un día agarró una tablita, un pincel y unos frasquitos de pintura politec y empezó a pintar ramitos de flores”. José llegó a declarar: “Si de alguna artista puede decirse que sea ‘natural’, es de mi hermana Consuelo Revueltas. En la pintura de Consuelo no hay ninguna buscada ni efectista sencillez; es la sencillez misma en su experiencia más directa y conmovedora”.

Consuelo falleció en 1990, pocos años después de celebrarse una exposición en las galerías del Palacio de Bellas Artes, donde se presentaron 114 de sus pinturas. Cuando la maestra Kaiser me preguntó porque en el festival dedicado a los hermanos Revueltas solo se mencionaba a Rosaura, José, Fermín, y Silvestre, mi respuesta fue porque simple y sencillamente los que toman las decisiones y organizan el llamado Festival Revueltas, no  saben de su existencia.

Pero la buena noticia es que, debido a su cercanía y amistad con la familia Revueltas, la maestra Kaiser ya tiene en mente un proyecto relativo a la presentación de las obras de Consuelo Revueltas en Durango para el festival Revueltas del 2022, tiempo suficiente para conseguir las pinturas y todo el acervo de la otra Revueltas, la que no ha sido mencionada en ninguna de las ediciones del llamado Festival Internacional Revueltas nomas porque no la conocen.

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