Tiroteo
Por: Emmanuel Salazar
El viernes fue un día negro para la ciudad de Torreón, pues un menor disparó en contra de sus compañeros y maestros, lo que generó una gran discusión sobre cómo estamos educando a nuestros hijos, y qué debemos hacer para evitar tragedias como la registrada.
A diferencia de cuando fuimos niños, hoy nuestros hijos cuentan o les facilitamos todo tipo de cosas, y el alejamiento es cada vez más notorio, a grado tal que las convivencias han cambiado drásticamente pues hoy en día cualquier persona esta metida en su celular y no hay un diálogo fluido y efectivo con nuestros menores.
El Internet se hace presente para bien o para mal en todo momento en nuestros hijos, y las nuevas generaciones, aquellos niños que nacieron de diez años a la fecha, han aprendido a convivir con la violencia.
En redes sociales causo una gran critica que algunos reporteros hayan referido que el menor involucrado en la tragedia de Torreón, nació precisamente en el periodo violento de la región lagunera, esto es alrededor de 2009, cuando la zona fue una autentica zona de guerra.
Si bien difícilmente se le podría atribuir a un periodo de Gobierno la agresión violenta que perpetro el niño que disparo contra sus compañeros y sus maestros, si nos da un contexto sobre la eventual deshumanización que haya podido tener al crecer en un escenario de tanta violencia como se vivió del 2009 al 2013 aproximadamente en el estado de Durango, y por ende en parte de la región lagunera duranguense.
Independiente de si hubo una influencia por ese contexto de violencia, lo importante y primordial debe de ser entre las familias poner atención en los hijos, evitar que sea la tablet quien sea la nana de los niños, que Internet, a través de los teléfonos inteligentes, no supla la presencia y supervisión de un adulto, pues seguramente el niño que lanzó la agresión en Torreón, es muy posible que llego a observar videos del suceso que intentó imitar como lo fue la tragedia de Columbine, que ocurrió en Estados Unidos, pues uso una indumentaria semejante a uno de los agresores de aquel lamentable suceso registrado el 20 de abril de 1999, en el vecino país del norte.
La certeza que podemos tener es que, necesitamos retomar los lazos con nuestros hijos, que no podemos, ni debemos dejarlos a merced de las aplicaciones de los teléfonos inteligentes, pues de lo contrario repetiremos la tragedia.