Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Los primeros días del mes de abril, el controvertido Obispo Emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, citó a una rueda de prensa para anunciar que quería ser diputado porque ya estaba harto de tanto pendejo y México merecía algo mejor. En la conferencia de prensa, donde fue presentado como aspirante a candidato por parte del partido Fuerza X México, aseguró que sería candidato por la vía plurinominal porque no pretendía hacer campaña. Resaltó que aspiraba a ser candidato a diputado local por tres razones: «La primera porque quiero un México mejor, definitivamente, la segunda: no pienso cobrar; la tercera y fundamental, ya estoy harto de tanto pendejo que gobierna y que atiende los curules.

El polémico Obispo, conocido por su afición a la tauromaquia y su manera ostentosa de vestir, presentó en 2012 su renuncia al entonces Papa Benedicto XVI debido a que había cumplió la edad de jubilación obligatoria.  El prelado de 84 años de edad, quien dijo sentirse “a todo madre”, reconoció que se había terminado su relación con el partido Revolucionario Institucional. Consideró que México necesita un Gobierno que sea eficiente, que se preocupe por los pobres y que “no se robe mucha lana», pues aseguró que todos los políticos roban. Ante esta declaración fue cuestionado si él iba a robar, a lo que reviró entre risas a la prensa que él no lo haría, solo iba a “recibir”.

Por su parte, el líder nacional de Fuerza Por México, Gerardo Islas Maldonado, mencionó que no existía impedimento legal para que Cepeda pudiera ser candidato, pues no ejercía cargo eclesiástico desde el 2012, año en que se jubiló. Por otra parte, sostuvo que el propósito de invitar a Cepeda como su candidato es “atraer personajes con trayectoria y talento” a su partido. Pues hasta ahí todo iba bien, pero a la mera hora Onésimo Cepeda rechazó ser candidato a diputado en el Congreso del Estado de México por Fuerza por México, dicho de otra manera, se rajó.

En una entrevista con Milenio, el religioso aseguró que, a través del nuncio apostólico, Franco Coppola, habló con el Papa Francisco y éste le expresó que no podía incursionar en la política. El líder de la iglesia católica le expresó que no podía incursionar en la política porque había el riesgo de perder el obispado. Ante esta respuesta, el protagónico Obispo afirmó que jamás abandonaría su ministerio religioso por una pendejada de tres años: “Yo jamás voy a abandonar mi ministerio porque sería tanto como vender mi progenitura por un plato de lentejas, porque ser diputado es una pendejada de tres años”.

El Obispo señaló que se siente contrariado contra la inseguridad, corrupción, mentiras, y la cantidad de pendejos que no saben ni qué decir, y que están sentados en los congresos y en la cámara solo para levantar la mano. Agregó que está cansado de que en México nadie hable y cuando alguien lo hace es para decir tonterías.

Para el obispo emérito del municipio más poblado de México, la gran tragedia de nuestro país es que no hay gente que pueda liderar, cuando deberíamos de ser una nación en donde pulularan los líderes. La nominación y el posterior raje de Don Onésimo causaron polémica, pero más aún sus declaraciones, ya que el pueblo comparte la opinión del purpurado, que al final de la entrevista, este príncipe de la Iglesia remató diciendo que en los congresos normalmente hay una bola de pendejos que nada más alzan la mano… ¡Que tal!

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