Por: Alberto Palacios Z. 

Por décadas, el Congreso del Estado ha jugado un papel preponderante en la vida pública de Durango (como sus similares en toda la República y la Cámara de Diputados a nivel federal), ya que es el lugar donde la oposición podía señalar y actuar (por lo menos mediáticamente hablando) contra el Gobierno en turno, por lo que siempre se le ha llamado al Poder Legislativo y al Judicial los contrapesos del Ejecutivo, cuando en la realidad no pasaba de ser una caja de resonancia, porque la mayoría con que contaba el PRI mientras tuvo el control, era absoluta.

Las iniciativas del Ejecutivo estatal y sus legisladores (tanto del tricolor como partidos satélite) siempre pasaban sin traba alguna, pese a los desplantes de la oposición ante los medios, al igual que las cuentas públicas del estado, los municipios y los organismos “autónomos”, cuyos titulares siempre eran afines al Gobernador en turno gracias a que eran avalados por esa mayoría en el Legislativo.

Desde que inició el sexenio de José Aispuro Torres, siempre se habló de que por fin había un contrapeso en el Congreso del Estado, pero los legisladores de esa Legislatura estaban más preocupados en tratar de ser candidatos para cargos federales o tratar de repetir, porque dos años se les hicieron pocos y realmente quedaron a deber.

Las cosas cambiaron en 2018, cuando el efecto causado por Andrés Manuel López Obrador y la homologación de las elecciones de diputados federales se empataron con las de los locales, hicieron que Morena y sus aliados, como el Partido del Trabajo (PT), lograran una mayoría en el Congreso del Estado, lo que ha generado que se cuestione fuerte a los miembros del gabinete estatal cuando se trata de la Glosa del Informe de Gobierno, al igual que a esos organismos autónomos y municipios, que ya también son cuestionados, investigados y hasta reprobados en cuentas públicas.

En esta dinámica del Congreso del Estado como un verdadero contrapoder del Ejecutivo, hay que destacar el trabajo de Sandra Amaya, quien ha señalado injusticias e incoherencia desde la Junta de Coordinación Política, dando voz a los sectores de la sociedad agraviados; Otniel García Navarro, que ha proyectado su experiencia legislativa en iniciativas que buscan hacer cambios de fondo, como en seguridad social para los policías municipales entre otras, y que ha señalado lo que considera malos manejos de parte de funcionarios que ya empezaron campaña electoral.

De igual manera, Iván Gurrola (Morena), también cuestiona fuerte y exige lo que la autoridad ha salido debiendo a la sociedad, mientras que desde el Revolucionario Institucional supieron proyectarse muy bien los legisladores Gaby Hernández López y Esteban Villegas, jugando a la oposición comprensiva y que quiere ayudar a todos los sectores que el Gobierno estatal deja de lado, proyectando en algunos la idea de siempre que el tricolor quiere volver al poder: Estábamos mejor con el PRI.

Tal vez este buen trabajo de algunos de los legisladores locales no sea suficiente para lograr que Morena arrase como hizo el PRI en Coahuila e Hidalgo en las elecciones del domingo pasado, pero el partido del Presidente no es Gobierno estatal en Durango, por lo que no pueden echar mano de una estructura como siempre lo ha hecho el tricolor cuando tiene todo el poder, además de que aquí, el Gobierno lo ostenta el PAN y es el PAN el que puede reforzar su estructura, por lo que tampoco podría esperar que aquí se vuelvan a pintar todos los distritos de verde, blanco y colorado, ya que el blanquiazul es la combinación a vencer, pero sí debemos reflexionar los ciudadanos en que a Durango sí le ha resultado que el Congreso del Estado sea una verdadera oposición, porque a fin de cuentas, ésa es su función.

Twitter: @AllenVhanfurer