Por: Alberto Palacios Z.

El avance de la pandemia ocasionada por el COVID-19 sigue implacable, Durango ya abraza la línea de los cien contagios confirmados y la crisis social que sigue a la económica ya inició, puesto que se dispararon los despidos, las protestas y desobediencia civil, derivados de la poca circulación de efectivo y el inicio de las carencias alimentarias para las familias que vivían de las actividades no esenciales.

Hemos visto desfilar por las oficinas de Gobierno y por los medios de comunicación a sectores como los taxistas, músicos, estilistas y comerciantes, con demandas justas y algunas aumentadas por aquellos oportunistas políticos que quieren jalar agua a su molino por esta crisis.

Como ya señalé en la entrega anterior, ahora son los priistas los que juegan a lo mismo que Andrés Manuel López Obrador cuando era oposición, al exigir cosas que ellos mismos no hubieran hecho o no hicieron en su momento como Gobierno, con tal de darse baños de pueblo y colgarse medallitas que no son suyas, aunque los aspirantes tricolores a ser abanderados en 2021 y 2022 no son los únicos que se están colando a todo lo que pueden para irse posicionando y por consideración a algunas valiosas amistades envueltas en esos “proyectos”, hoy voy a omitir nombres.

Ahorita es muy fácil echarle a cualquier orden de Gobierno por no dar una solución satisfactoria a absolutamente todos los sectores de la sociedad, pero eso es imposible, para cualquier Gobierno de cualquier país, sólo que en México nos gusta jugarle al sueño de los justos y a rasgarnos las vestiduras, pero créanme que no hay apoyo desinteresado entre particulares y esos políticos oportunistas que quieren desfilar en los medios y que en sus redes hacen gala de un discurso al estilo de Luis Donaldo Colosio.

Los Gobiernos y sus áreas operativas son las que de verdad se están tronando los dedos para atender a la gente más vulnerable, tanto el federal como el estatal y los municipales, porque son estos los que tienen que responder ante la sociedad y las oficinas de contraloría de cualquier nivel superior; en Durango hemos visto la activación de programas de apoyo alimentario a través de la Secretaría de Bienestar del Estado, a cargo de Jaime Rivas Loaiza, quien también ha llevado a nivel nacional las gestiones encargadas por el gobernador, José Aispuro Torres, mientras hacen milagros con los recursos estatales.

Al mismo tiempo, la Secretaría de Salud y su personal ha hecho todo por atender de la mejor manera esta crisis sanitaria, con un Sergio González Romero a la altura y dando la cara en todo momento, mientras los líderes de los sindicatos de todo el Sector Salud, Óscar Chávez del SNTSA, Minerva Vázquez del SNTSS y Héctor Prado del SNTISSSTE, que no dejan a sus agremiados.

Estas situaciones tienen como ejemplo la protesta de personal de contrato del Hospital Materno-Infantil, que exigen basificación y seguridad social ante el riesgo que implica su trabajo, reclamo justo, donde directivos de la SSD y Óscar Chávez dieron la cara y mantienen el dedo sobre el renglón para hacer las cosas conforme a la norma, donde lo primero que se necesita es que se libere el sistema de asignación de plazas y códigos desde las oficinas nacionales, además de que la Federación cumpla con su parte con el proceso de formalización que se estaba contemplando desde el año pasado y que requería un padrón fiable de los trabajadores en cada estado (por eso es que cerraron la posibilidad de hacer movimientos de códigos en los estados), por lo que el Gobierno estatal y el SNTSA esperan la resolución lo más pronto posible para dar certeza a los médicos, enfermeras, radiólogos, camilleros y demás personal que arriesga su vida por la salud de la sociedad.

@AllenVhanfurer