Por: Alberto Palacios Z.

A unos días de la elección en la que se votará por los presidentes municipales para el periodo 2019-2022, y ya de cara a la zona del silencio electoral (es decir, los días que ya no se puede publicar nada sobre este tema), la contienda más polémica ha sido en Durango capital, donde la batalla se centraba en tres personajes y hoy se enfoca en dos, Jorge Salum por el PAN y Otniel García Navarro por Morena, ya que la caída estrepitosa de José Ramón Enríquez, alcalde-senador-candidato de Movimiento Ciudadano, lo está dejando en un tercer sitio también muy cuestionado.

Para empezar, soy de los que opinan que Enríquez ni siquiera debería estar compitiendo, y no sólo por el hecho de que apenas el año pasado pedía el voto para ser senador, sino porque se ha evidenciado en medios de comunicación el uso de la estructura municipal para promocionar su imagen y sus eventos, como las acusaciones de que al hacer descuentos en el pago de agua piden votar por Enríquez (aunque no he visto una grabación que lo compruebe, pero tampoco lo dudo), el uso de camionetas oficiales para transportar y colocar la propaganda de su cabalgata, el nuevo autobús turístico del Ayuntamiento perdido que resultó ser el que estaba rotulado de naranja con su imagen y nombre, entre muchos otros casos, además de que es evidente que ha rebasado por muchísimo el tope de campaña hasta en bailes, por lo que esperemos que el IEPC y el INE no se queden de brazos cruzados y sancionen como debe de ser esto.

Por otro lado, ya dentro de los dos candidatos que sí se disputan el triunfo, puedo destacar, como siempre lo he hecho, que Jorge Salum es una buena persona y gran amigo personal, pero hay miembros de su planilla, equipo y propuesta de gabinete que no le ayudan, aunque sabemos que algunos son impuestos; no se ha visto despegar la buena imagen del panista, el ánimo se estancó y algunos de los operadores que le promovían el voto, ya buscaron otra opción o desde el inicio andaban abanicando chueco, como los que aún se dicen panistas que en realidad andan pidiendo el voto por el naranja.

En el caso de Otniel, quien sólo contó con 25 días de campaña, su imagen despegó de forma estrepitosa y fue sumando simpatizantes de manera acelerada, además de que si a algo le sabe el morenista es a la conformación de estructura electoral para multiplicar sus alcances y asegurar el triunfo, además de cuidar los votos una vez llegado el día “D”; asimismo, su discurso ha convencido a cámaras empresariales, productivas, colegios de profesionistas y asociaciones civiles, además de estructuras magisteriales, universitarias y de transportistas, lo que lo puso en la punta de forma muy sólida.

Analizando la situación actual, no sólo de Durango, sino del país, hay que reconocer que a nuestro municipio le resulta más atractiva la oferta política de Morena, ya que al tener un alcalde afín al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, con el respaldo de los diputados federales y senadores de ese mismo partido y con las grandes relaciones con funcionarios federales en secretarías, subsecretarías y direcciones generales, hay mejores oportunidades de gestión, inversión y desarrollo, no por nada vino a Durango Mario Delgado, coordinador de la bancada morenista en la Cámara baja, así como 15 legisladores federales, a cuidar la elección, así que no es casualidad que Otniel sea el candidato del partido de AMLO.

Al final, cada quien decide su voto, pero sí llamo a la reflexión a los trabajadores de cierto sistema educativo donde les dicen que si le va bien a cierto político, les va bien a ellos, y yo creo que para garantizar el pago de su nómina, les conviene más un senador que gestione ese recurso a nivel federal que un alcalde que no podrá hacer sino pasarle la bolita al estado; yo que ustedes no votaría por bajar un senador a alcalde y votaría por Morena, para que AMLO vea que Durango sigue creyendo en él.