Por: Alberto Palacios Z.

La situación social y económica del país es complicada por la pandemia que azota al mundo, a la cual no se le ve fin de la etapa de contagios gracias a la gente irresponsable a la que no le importa cuidarse ni cuidar a los demás, o que simplemente nada cree que el Coronavirus existe, pero la situación política es otro cantar, se ha vuelto cíclica con algunas variantes.

Hace 14 años vivimos protestas recurrentes contra el entonces presidente Felipe Calderón, protestando por lo que la gente del PRD, PT y Convergencia, clamando un fraude electoral contra Andrés Manuel López Obrador; hace 12 años, los mismos se fueron a las calles para exigir al mismo Calderón Hinojosa que renunciara al cargo por los muertos que dejaba la guerra contra el narcotráfico, lo que siguió cada cierto tiempo hasta que acabó su mandato. Hace ocho años vivimos una serie de protestas contra el entonces recién nombrado presidente Enrique Peña Nieto, las cuales se venían arrastrando desde campaña, señalando los excesivos gastos en propaganda electoral y utilitario, nuevamente encabezadas por la gente del PRD, PT y MC, las cuales se repitieron año tras año para exigir que renunciara al cargo, alegando incapacidad mental, traición a la patria, etc. Pero no sólo eso, sino que el mandatario priísta fue burla de los críticos a su Gobierno todos los días de su sexenio, tildándolo de tonto, incapaz, ridículo y cuanto calificativo degradante se les ocurriera, claro que con un abundante vocabulario altisonante hasta el último día que portó la banda presidencial.

Hoy, con el autor de todas esas movilizaciones contra sus adversarios políticos ya en el poder, pasa igual, abundan las críticas a lo que hace y no hace, a cómo viste y habla, colgándole todos los agravios que llevaron los expresidentes  en su momento, y este fin de semana se vivió una serie de marchas en algunas ciudades del país contra AMLO, algunas maximizadas o minimizadas según el interés del medio que difunde, pero en el gran orden de las cosas, fueron marchas raquíticas que ni se acercaron a las que se lanzaron contra Calderón y Peña Nieto, y si en su momento, ellos que contaban con un repudio mayor no dejaron el cargo, no creo que logren quitar a López Obrador, para eso habría que ver si de verdad habrá revocación de mandato, que yo lo dudo o por lo menos no creo que se logre que el Ejecutivo federal se vaya como quieren los del PRI y PAN.

Quiero aclarar que no es que yo esté a favor o en contra, sólo reitero que si no pudieron quitar a quienes ganaron con menos y tenían más gente en contra, no creo que López Obrador deje ir tan fácil su turno de gobernar.